lunes, 29 de diciembre de 2008

Responsabilidades

Hay responsabilidades que elegimos, que decidimos libremente tomar como parte de nuestro camino.
Hay otras, en cambio, que nos vienen dadas por el lugar donde nacimos, la familia a la que pertenecemos y la cultura en la que aprendimos lo que significa formar parte de la sociedad.

Las primeras pueden conllevar muchos sacrificios, pero son sacrificios que la mayor parte de las veces aceptamos con entereza e incluso con alegría, porque sabemos que son los pasos que debemos dar para avanzar.

Las segundas representan muchas cosas que a veces ni siquiera nos agradan, pero que es necesario hacer, no por nosotros mismos, sino por los demás. No debemos renunciar a nosotros mismos por complacer a otros, pero a veces es necesario sufrir incomodidades, e incluso malos momentos, para que otra persona se sienta acompañada o apoyada en una situación que nunca desearíamos vivir.

Las responsabilidades no siempre son agradables, pero la manera en que las afrontamos es lo que forja lo que somos.

viernes, 26 de diciembre de 2008

[En otras palabras] Presentiment is that long shadow on the lawn...

No sé qué viene, pero sé que pronto estará aquí. Los dedos del presentimiento me aprietan el corazón.


Presentiment is that long shadow on the lawn
Indicative that suns go down;
The notice to the startled grass
That darkness is about to pass.

Emily Dickinson


/Traducción (bastante libre) de Carlos López Narváez

Presentimiento es esa larga sombra
que poco a poco avanza sobre el césped
cuando el sol sus imperios abandona...

Presentimiento es el susurro tenue
que corre entre la hierba temerosa
para decirle que la noche viene./

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Releyendo

Todos cambiamos.

A veces nos damos cuenta, y a veces creemos que no, que seguimos siendo los mismos. Solemos ser conscientes de los grandes cambios, los acontecimientos que alteran el rumbo de nuestra vida: aprendizajes, viajes, traslados, nuevos amigos, nuevas parejas, decisiones irrevocables... pero también solemos olvidarnos de los pequeños acontecimientos, del peso de los días, uno a uno, en nuestra espalda, de lo que vimos casualmente al pasar, de las conversaciones con las mismas personas de siempre, del trabajo cotidiano y el ocio habitual. No sólo los grandes sucesos alteran el curso de nuestra vida, también lo hace la acumulación de pequeñas cosas, y el mismo tiempo al pasar.

En cambio, los libros son lo que son. Una vez impresos, y hasta que el papel se caiga a trozos, las palabras serán siempre las mismas, la historia no cambiará. Pero, sin embargo, cada lectura es una experiencia diferente. Porque el libro es el mismo, pero nosotros no.

No hablo sólo de cuándo leíamos de pequeños una historia que no podíamos entender completamente por falta de vocabulario o de experiencias que le dieran sentido. Incluso un libro que recordamos perfectamente cambia frente a nuestros ojos al releerlo por segunda o tercera vez. Porque ya sabemos lo que nos espera y podemos centrarnos en otras cosas, en la forma en que fue escrito o en los guiños del autor, pero también porque no estaremos nunca en la misma disposición y estado de ánimo que la primera vez, porque no seremos la misma persona que lo leyó entonces.

Todo libro, cualquier libro, puede leerse de mil maneras, mirarse desde mil puntos de vista. Y muchos de ellos no los conoceremos hasta que hayamos aprendido ciertas cosas y vivido ciertas situaciones. Por eso cualquier libro puede enseñarnos cosas nuevas incluso aunque creamos conocer lo que guarda en su interior. 

Por eso vale la pena releer, retomar historias de las que en su día aprendimos y ver qué más podemos aprender de ellas siendo quienes somos ahora. Porque los libros son como el río de Heráclito. No podemos cruzarlos dos veces.

lunes, 22 de diciembre de 2008

[Música] The Holly and the Ivy

La hiedra y el acebo son plantas perennes, que se muestran verdes incluso en lo más duro del invierno. Son, además, símbolos de lo masculino (el acebo) y lo femenino (la hiedra). Junto con el muérdago, han formado parte de las tradiciones invernales paganas desde la antigüedad.

Este villancico tradicional inglés, conocido según he leído desde el s. XV, conserva gran parte de esa simbología pagana, aunque cristianizada. Sin embargo, vale la pena escucharlo y ser consciente de cómo los viejos símbolos van adquiriendo nuevos significados sin perder nunca los antiguos. La versión que os propongo es la cantada por el coro del King's College de Cambridge, aunque hay muchísimas y muy variadas (Loreena McKennit tiene una que también me gusta mucho).



The holly and the ivy, when they are both full grown,
Of all the trees that are in the wood, the holly bears the crown.

Oh, the rising of the sun and the running of the deer,
The playing of the merry organ, sweet singing in the choir.

The holly bears a blossom as white as lily flower,
And Mary bore sweet Jesus Christ to be our sweet saviour

Oh, the rising of the sun and the running of the deer,
The playing of the merry organ, sweet singing in the choir.

The holly bears a berry as red as any blood,
And Mary bore sweet Jesus Christ to do poor sinners good.

Oh, the rising of the sun and the running of the deer,
The playing of the merry organ, sweet singing in the choir.

The holly bears a prickle as sharp as any thorn,
And Mary bore sweet Jesus Christ on Christmas Day in the morn.

Oh, the rising of the sun and the running of the deer,
The playing of the merry organ, sweet singing in the choir.

The holly bears a bark as bitter as any gall,
And Mary bore sweet Jesus Christ for to redeem us all.

Oh, the rising of the sun and the running of the deer,
The playing of the merry organ, sweet singing in the choir.

¡Feliz solsticio de invierno!

viernes, 19 de diciembre de 2008

[En otras palabras] ¡Ven, ven, quienquiera que seas, ven!

Porque es necesario ver el mundo a través de otros ojos. Y también es hermoso. Porque vale la pena tender la mano, prestar oído, confiar en la amabilidad de los desconocidos. Porque es importante descubrir cosas nuevas, y encontrar quien nos abra puertas a lugares insospechados.

¡Ven, ven, quienquiera que seas, ven!
Infiel, religioso o pagano, poco importa.
¡Nuestra caravana no es la de la desilusión!
¡Nuestra caravana es la de la esperanza!
¡Ven, aunque hayas roto mil veces tus promesas!
¡Ven, a pesar de todo, ven!

Yalal ad-Din Muhammad Rumi


Acabo de descubrir a este autor y estoy extasiada con él (gracias, Wuwei). Lamento no tener datos de la traducción, si alguien lo sabe, que me avise, para darle crédito a quien corresponda.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Letanía contra el miedo

No conoceré el miedo.
El miedo mata la mente.
El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total.
Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí.
Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino.
Allá donde haya pasado el miedo ya no habrá nada. Sólo estaré yo.

Frank Herbert,
letanía contra el miedo del ritual Bene Gesserit
en la saga de Dune


No permitiré que el miedo me paralice. No permitiré que el miedo me haga retroceder. No permitiré que el miedo se adueñe de mí y me impida seguir adelante.

Todo lo que vale la pena hacer produce temor, todas las decisiones que vale la pena tomar son un salto al vacío. No sé qué me espera al otro lado, porque hay cosas que no pueden describirse, explicarse ni enseñarse. Hay cosas que hay que vivir para poder comprenderlas.

Pero sí sé que, pase lo que pase, no me dejaré dominar por el miedo. Que lo aceptaré y lo superaré. Y entonces, las dudas se esfumarán, y sólo estaré yo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

[Arte] Venus Verticordia


Dante Gabriel Rossetti (1828-1882) fue un pintor de la hermandad prerrafaelita que, como buen prerrafaelita, creaba imágenes llenas de luz y color, muchas de ellas partiendo de temáticas mitológicas.

En 1868 pintó esta hermosa representación de la diosa Venus, concretamente bajo la advocación de Verticordia (la que transforma los corazones). Es un óleo sobre lienzo en el que rosas y mariposas rodean a la diosa, representada desnuda y con una abundante cabellera rojiza, que sostiene en sus manos la manzana dorada, otorgada por Paris como trofeo a la más bella, y la flecha del amor.

Parece ser que, aunque la modelo de este cuadro fue una joven llamada Alexa Wilding, también Fanny Cornforth, inmortalizada en muchas otras obras de Rossetti y conocida por ser la más "carnal" de sus modelos, posó para él.
Así que la pintura tiene algo indefinible, en parte de Fanny Cornforth, en parte de Alexa Wilding, y mayoritariamente del ideal de Rosetti, creando así una Venus hermosa y serena que deja traslucir todo su poder, ese poder que no se impone, sino a cuyo yugo nos sometemos voluntariamente. 



Y... si algún día andáis por las calles de Granada y os parece ver a la mismísima Venus Verticordia pasar a vuestro lado, no penséis que vuestros ojos os engañan, sino que la belleza que Rossetti supo plasmar tiene un aura mágica, que a veces se trasluce a través de lo cotidiano, incluso más allá de lo visible.



Ésta va por tí, amiga, hermana.
Feliz cumpleaños, mi transformadora de corazones. Recuerda que tú posees la flecha y la manzana. Recuerda, cuando empieces a dudar, que tienes en tus manos todo el poder de Venus. Y no temas emplearlo.


Fuentes y más información:

Dante Gabriel Rossetti en la Wikipedia  

The Rossetti Archive, una iniciativa educativa que trata de recopilar toda la obra pictórica y literaria de Rossetti (en inglés)

viernes, 12 de diciembre de 2008

[En otras palabras] Cuando se ha puesto una vez el pie del otro lado...

Hay experiencias que te cambian para siempre, que dejan su rastro en todo lo que serás en adelante. Lo que a veces olvidamos es que también hay ideas, pensamientos, decisiones... que hacen que nunca vuelvas a ser el mismo, que te llevan a pisar al otro lado.

Cuando se ha puesto una vez el pie del otro lado
y se puede sin embargo volver,
ya nunca más se pisará como antes
y poco a poco se irá pisando de este lado el otro lado.

Es el aprendizaje
que después no se resigna
a que todo lo demás,
sobre todo el amor,
no haga lo mismo.

El otro lado es el mayor contagio.
Hasta los mismos ojos cambian de color
y adquieren el tono transparente de las fábulas.

Roberto Juarroz

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La sombra del miedo

Todos huimos, alguna vez. Todos tenemos momentos de debilidad, nos sentimos incapaces de afrontar algunas cosas, nos rendimos ante nuestros miedos. Todos, en alguna ocasión, hemos preferido cerrar los ojos, mirar hacia otro lado, o directamente escapar de algunas situaciones. Porque es más fácil correr, esconderse o enterrar la cabeza, que enfrentarse a lo que tememos que nos esté esperando.

Y, sin embargo, muchas veces nuestros miedos no son más que sombras. El objeto de nuestros temores puede ser pequeño e insignificante, pero lo que vemos es su sombra proyectada en la pared, enorme, oscura y aterradora. El miedo actúa como la luz de una antorcha: no importa qué es lo que pongas ante ella, le arranca sombras múltiples y confusas, de contornos imprecisos, que se agitan y parpadean, sombras en las cuales es difícil o imposible reconocer aquello que les dio origen. Y nos olvidamos de que hay algo detrás. Nos olvidamos del objeto de nuestro miedo, de que es algo concreto, algo real.

Hasta que nos atrevemos a dar el siguiente paso adelante. Y vemos lo que había tras la sombra del temor. Y descubrimos que, la mayoría de las veces, no era tan terrible como aquello que habíamos forjado en nuestra mente.

Pero si optamos por huir, nunca podremos darnos cuenta. Y con la distancia, aquellas sombras de nuestra percepción se harán más y más grandes, más y más horribles. Y se quedarán ahí, cerrándonos el camino, hasta que nos decidamos a enfrentarlas, a enfrentarnos a nosotros mismos.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Perseverancia

Por sólidos y firmes que parezcan los obstáculos que encuentres en tu camino, si lo intentas una y otra vez, acabarás por derribarlos.

Por duros e impenetrables que parezcan los límites que te impidan crecer, si te esfuerzas con paciencia en ir cada día un poco más lejos, acabarás por salir a la luz.

A veces me puede el desánimo y olvido esta lección, quizá por eso hoy me ha tocado recordarla. No es momento de rendirse.

Fotos tomadas en la playa de Benijo

viernes, 5 de diciembre de 2008

[En otras palabras] Sueño, porque vivo en mí...

Porque hay momentos en los que no sé cuándo estoy despierta, y hay partes de mis sueños más reales que la misma vida.

SUEÑO, PORQUE VIVO EN MÍ...

Sueño, luego existo.
Pienso
que sueño tan hondo y cierto
que el sueño me despierta
en mitad del pensamiento.

Y me duele este soñar,
pensando que es tan sin sueño,
que los sueños se me rompen
—espumas del pensamiento—
en las arenas del mar
en que soñando, navego.

¿Pero existo? ¿Dónde y cómo?
Aquí, encerrado, me encuentro
en el sueño sin salida
que teje mi pensamiento,
preguntándome, doliéndome,
de ser, soñándome, cierto.

Soledad de soledades:
ya ni yo mismo me sueño,
pensando que existo y soy
sueño de mi pensamiento.

Victoriano Crémer

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Inteligencia, sentido común y raciocinio

No me siento obligado a creer
que un dios que nos ha dotado
de inteligencia, sentido común y raciocinio,
tuviera como objetivo privarnos de su uso

Galileo Galilei
Muchas veces, las restricciones que nos imponen desde fuera para evitar que pensemos con lógica son mucho menores que las que nos imponemos a nosotros mismos. La inteligencia es algo maravilloso, la percepción de lo que nos rodea, la capacidad de hacernos preguntas y de esforzarnos por entender es lo que nos permite seguir avanzando.

Ahora que tenemos a nuestro alcance gran parte del conocimiento de la humanidad, no tengamos miedo de aprender, aunque sea incómodo. No nos escudemos en que "no nos han preparado, la información es confusa porque no quieren que pensemos". Busquemos, indaguemos, atrevámonos a reflexionar sobre todas las cosas, aún sobre las que consideramos seguras.

Empleemos nuestra inteligencia, y también nuestro sentido común. Razonemos. La capacidad de hacer todas estas cosas es un don incomparable. Agradezcámoslo haciendo uso de él.

lunes, 1 de diciembre de 2008

[Arte] 100% Natural, fotografías de José B. Ruiz

Paseaba el otro día por Sevilla (sí, lo sé, lo sé, me muevo más que el rabo de una lagartija...), cuando vi unos paneles brillantemente iluminados que destacaban en medio de la Alameda. Me acerqué a mirar, y descubrí que se trataba de una exposición itinerante de fotografías de la naturaleza auspiciada por la CAM.

Dicho así no parece gran cosa, pero es que estas fotografías eran realmente algo especial. Había un poco de todo: paisajes llenos de encanto, visiones ampliadas del mundo de los insectos, perspectivas inusuales del reino animal (incluido el submarino), preciosas plantas y flores, incluso instantes congelados que captaban la belleza que el ojo humano no puede ver.

Algunas eran de una belleza que cortaba el aliento, otras daban ganas de meterte en la imagen y dejar el mundo atrás, otras provocaban cierto escalofrío de emociones olvidadas... pero absolutamente todas eran algo digno de ver.

Os pongo sólo una imagen como ejemplo, para que veáis lo difícil que es que estas fotografías os dejen indiferentes.

Hermosa, ¿verdad?
El resto de las fotografías se podrán ver en Sevilla (en la Alameda de Hércules) hasta este 19 de diciembre, y después... me gustaría deciros si van a seguir exponiéndolas y a dónde van, pero no logro hallar esa información.

Así que, si queréis disfrutarlas, casi mejor que vayáis a la página de la exposición: www.cienporciennatural.es
Y, ya de paso, visitad también la de su autor, José B. Ruiz, para ver auténticas maravillas. Está en www.josebruiz.com

Espero que las disfrutéis como yo lo hice.

viernes, 28 de noviembre de 2008

[En otras palabras] Ya se acortan las tardes

En los días oscuros del invierno también hay mucho que hacer, y que pensar... mucho queda que preparar para ese día, que ahora parece tan lejano, en que la luz vuelva a reinar.

YA SE ACORTAN LAS TARDES

Ya se acortan las tardes, ya el poniente
Nos descubre los más hermosos cielos,
Maya sobre las apariencias velos
Pone, dispone, claros a la mente.

Ningún engaño en sombra ni en penumbra,
Que a los ojos encantan con matices
Fugitivos, instantes muy felices
De pasar frente al sol que los alumbra.

Nos seduce este cielo de tal vida,
El curso de la gran Naturaleza
Que acorta la jornada, no perdida
Si hacia la luz erguimos la cabeza.

Siempre ayuda la calma de esta hora,
Lenta en su inclinación hasta lo oscuro,
Y se percibe un ritmo sobre el muro
Que postrero fulgor ahora dora.

Este poniente sin melancolía
Nos sume en el gran orden que nos salva,
Preparación para alcanzar el alba,
También serena aunque mortal el día.

Jorge Guillén

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Siendo otro

Dicen algunos escritores, poetas, filósofos, e incluso sesudos investigadores en psicología social, que las personas nos comportamos como actores, representando diferentes papeles en diferentes circunstancias de nuestra vida. Que llevamos puesta la personalidad como quien se pone una máscara.
De hecho, la propia palabra, persona, viene de un término latino que significaba máscara de actor, y posteriormente, por metonimia, personaje teatral. Eso es lo que hacemos, entonces, cuando nos relacionamos con otros, y a veces cuando nos justificamos ante nosotros mismos.

Representar un papel, elegir un rol que creemos adecuado para cada momento. Ahora trabajador de la empresa, ahora amigo y compañero, ahora padre y educador, ahora jugador del equipo de fútbol...
Representar un papel, elegir un rol que creemos adecuado para la vida que queremos tener: el chistoso, el responsable, el seductor, el sensible, el amante del riesgo...

Estos papeles pueden ayudarnos a desarrollar nuestras mejores cualidades, cuando elegimos hacer y parecer aquello que más se parece a lo que queremos llegar a ser. Pero también pueden encasillarnos, constreñirnos a ser lo que los demás esperan que seamos.

Por eso es hermoso e importante que a veces nos pongamos otras máscaras, probemos a ser otros, pretendamos representar roles muy distintos a los que ya conocemos. Por eso es hermoso es importante que los niños jueguen, y que los adultos también recuerden cómo hacerlo.

Porque ser otro por un breve espacio de tiempo ayuda a ser más plenamente uno mismo.

Ésta es mi manera de dar las gracias a todos aquellos que, este fin de semana, han tejido la magia de hielo y fuego, y me han enseñado a soñar y vivir otro mundo. Con gente como ellos, el poder de la imaginación está a salvo.

jueves, 20 de noviembre de 2008

[En otras palabras] Peregrino

Hay quien emprende el viaje por el placer de saber que siempre puede volver a casa. Hay quien, en cambio, sale al camino por el placer de perderse para siempre, sin regresar jamás sobre sus pasos.
Quizá yo esté en medio de ambas cosas. O quizá, sin saberlo, haga al mismo tiempo ambos viajes.

PEREGRINO

¿Volver? Vuelva el que tenga,
Tras largos años, tras un largo viaje,
Cansancio del camino y la codicia
De su tierra, su casa, sus amigos,
Del amor que al regreso fiel le espere.

Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas,
Sino seguir libre adelante,
Disponible por siempre, mozo o viejo,
Sin hijo que te busque, como a Ulises,
Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope.

Sigue, sigue adelante y no regreses,
Fiel hasta el fin del camino y tu vida,
No eches de menos un destino más fácil,
Tus pies sobre la tierra antes no hollada,
Tus ojos frente a lo antes nunca visto.

Luis Cernuda

miércoles, 19 de noviembre de 2008

El poder de la fantasía

Una de las cosas maravillosas que tiene la mente humana es que no está constreñida a la realidad tangible.

No sólo podemos vivir en el mundo real, sino que podemos emplearlo como punto de partida para crear otros mundos. No sólo podemos desarrollar al máximo nuestras cualidades personales, sino que podemos soñar con ser mejores, y a veces, incluso alcanzar objetivos más allá de los límites que creíamos rígidos.

Tenemos todo el poder sin límites de la imaginación para crear, para formar palabras, imágenes, objetos nunca vistos. Todo el poder de la imaginación y la voluntad para hacer realidad cosas que antes no existían.

Podemos convertir los sueños en certezas, pero primero tenemos que atrevernos a soñar.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Creer no significa no pensar

La fe es un acto irracional. Aquél que realmente cree, sabe que no hay ningún dato objetivo que refrende sus creencias, y no necesita que lo haya. Si lo necesitase, ya no sería fe. 

Pero eso no quiere decir que para ser creyente sea necesario ser no pensante. Uno puede pensar sobre su fe todo lo que quiera. Una auténtica fe no se desmorona porque pensemos sobre nuestras creencias, porque su núcleo está más allá de la forma en que veamos a la divinidad, o la llevemos a la práctica.

Los paganos no tratamos de convencer a nadie de que siga nuestro camino. El que se acerca a él, lo hace por propia voluntad, se embarca en su propia senda, su propia evolución. Y el primer paso es siempre conocer aquello en lo que has empezado a creer.

Hay quien investiga y estudia el paganismo, y tiempo después siente despertarse la chispa de la fe. Hay quien ante unas palabras, una imagen, una música... siente una extraña nostalgia, la inesperada sensación de estar "volviendo a casa", y se lanza a conocer lo que hay detrás de ella.

Lo único imprescindible para recorrer un camino espiritual es estar dispuesto a avanzar por él. Y para eso hay que pensar, hay que estudiar, hay que indagar en los orígenes de ese camino, incluso para poder abandonarlos si llega el momento en que nos sea necesario hacerlo es preciso haberlos conocido primero.

Llamarse a sí mismo "pagano", "wiccano", "brujo" o "druida" requiere mucho más que ponerse una etiqueta. Tienes que saber qué hay bajo esa etiqueta. No es motivo de vergüenza no saber algo, pero sí no tratar de averiguarlo. No es un inconveniente no tener respuestas, pero sí dejar de hacerse preguntas.

Si tu fe no resiste las preguntas, busca otro camino. Pero no hagas gala de tu ignorancia disfrazándola de fe. Porque la auténtica fe crece con el conocimiento, y, mientras menos conozcas sobre aquello que crees, más limitada será.

viernes, 14 de noviembre de 2008

[En otras palabras] Leer, leer, leer, vivir la vida...

Porque hay cosas que sólo se pueden vivir a través de los ojos de otros...

Leer, leer, leer, vivir la vida
que otros soñaron.
Leer, leer, leer, el alma olvida
las cosas que pasaron.
Se quedan las que quedan, las ficciones,
las flores de la pluma,
las solas, las humanas creaciones,
el poso de la espuma.
Leer, leer, leer; ¿seré lectura
mañana también yo?
¿Seré mi creador, mi criatura,
seré lo que pasó?

Miguel de Unamuno

miércoles, 12 de noviembre de 2008

[Música] Taita Inti y Pachamama

Me he enterado hoy de que el día 1 de noviembre murió, a los 84 años, la cantante Yma Sumac.

Es posible que no hayáis oído hablar de ella (fue famosa en los años 50, que quedan lejos para la mayoría de nosotros), pero, si es así, creedme que no es por falta de méritos. Yma Sumac tenía la voz más increíble que haya existido. Su registro vocal abarcaba cinco octavas, es decir... ella sola podía cantar en todos los tonos de la voz humana, desde barítono hasta soprano, sin necesidad de recurrir al falsete. Y lo hacía cómodamente... y de maravilla.

Su historia es confusa y probablemente muy adornada, como muchas de las biografías de famosos de principios y mediados del siglo pasado. Alardeaba de ser descendiente del Inca Atahualpa (incluso el gobierno peruano certificó que lo era), y, llegada a Estados Unidos, explotó su veta exótica caracterizándose de sacerdotisa inca o virgen del sol.

Pero no necesitaba nada de todo eso para deslumbrar al mundo. Le bastaba con su voz. Su magnífica, inigualable voz, cuya fuerza y belleza destaca incluso en las grabaciones de la época.

En estas canciones que quiero compartir hoy, Yma Sumac canta, como sólo ella podía hacerlo, a los dioses indígenas: a Inti, el Dios del sol, y Pachamama, la Madre Tierra.
¿Hay mejor excusa para compartirlas con vosotros?
Espero que os gusten.

Taita Inti



Pachamama



lunes, 10 de noviembre de 2008

[Arte] La Victoria de Samotracia


Hace milenios, por lo que sabemos en torno al año 190 a. C., los hombres de Rodas se enfrentaron en una batalla naval a las tropas de Antíoco III de Siria, venciéndolas. Orgullosos de su gesta, decidieron erigir una estatua para conmemorarla. Una que representase a la Diosa Niké, alzada sobre la proa de un navío, con las alas desplegadas y las vestiduras agitadas por el viento.

Mucho después, en 1863, cuando Antíoco III, los antiguos rodios y su enfrentamiento habían caído en el olvido, un diplomático francés aficionado a la arqueología la sacaba a la luz en la isla de Samotracia, y el mundo quedó admirado ante su perfección. Hoy en día se puede ver en el Museo del Louvre, y sin duda vale la pena contemplarla.


Mide más de dos metros de alto y está esculpida en mármol de Paros. Y sin embargo, parece que apenas ha posado el pie sobre la cubierta del barco rodio, concediéndoles la gracia de la victoria, siempre efímera, y en cualquier momento va a alzar el vuelo nuevamente. Al mirarla, por un instante casi puedes sentir la brisa que mueve los pliegues de sus ropajes, y escuchar las olas rompiendo contra el casco de la nave. Casi puedes sentir el sabor de la victoria.

Es difícil hablar del término "belleza", porque depende en gran medida del ojo del observador. Pero si tuviera que definir lo que para mí es una belleza que asombra, corta el aliento, y toca el corazón, esta imagen sería un buen ejemplo. Las palabras, simplemente, no pueden hacerle justicia.

Fuentes y más información:

La Victoria de Samotracia en la página del Louvre (en inglés)
Artículo de la Wikipedia (en inglés) de donde también tomé las imágenes.
Ficha en EducaRed
Artículo en el estupendo blog Enseñ-arte

viernes, 7 de noviembre de 2008

[En otras palabras] Memorándum

Tratando de ir paso a paso, día a día, sin confundir lo urgente con lo importante. Tratando de vivir, sin más.

MEMORÁNDUM

Uno llegar e incorporarse al día
Dos respirar para subir la cuesta
Tres no jugarse en una sola apuesta
Cuatro escapar de la melancolía

Cinco aprender la nueva geografía
Seis no quedarse nunca sin la siesta
Siete el futuro no será una fiesta
Y ocho no amilanarse todavía

Nueve vaya a saber quién es el fuerte
Diez no dejar que la paciencia ceda
Once cuidarse de la buena suerte

Doce guardar la última moneda
Trece no tutearse con la muerte
Catorce disfrutar mientras se pueda

Mario Benedetti

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Control

A veces parece que cuanto más tiempo y esfuerzo dedicas a preparar algo, cuanto más tratas de prestar atención a los detalles, más inconvenientes surgen.

Pueden no ser más que pequeños desajustes o retrasos, o puede que lo más urgente y relevante se estropee justo cuando ya no hay tiempo de repararlo. Puede que hayamos confiado en que otra persona hiciera una parte del trabajo sólo para descubrir (normalmente cuando el plazo se nos echa encima) que esa parte está sin hacer, o mal hecha. Puede que necesitemos una pieza que no está disponible, o que nos prometan una ayuda que nunca llega.

Puede ser, simplemente, que nadie es perfecto, y no está en nuestra mano que todos y cada uno de los engranajes que deben trabajar en conjunto para obtener el resultado que queremos funcionen de manera ideal. 

No podemos controlarlo todo. Por eso, cuando a mitad del camino (o quizá incluso cuando ya vislumbramos la meta) tropezamos con esa piedra que no vimos, o que creíamos haber apartado, debemos ser conscientes de que los impedimentos son algo que simplemente ocurre. Y aunque nuestra primera reacción sea darle de patadas a la piedra y gritar de rabia, eso no nos hará estar un paso más cerca de nuestro objetivo.

Así que en lugar de maldecir los obstáculos, o de quedarnos paralizados por la frustración, debemos recordar que hay muchas cosas que escapan a nuestro control, levantarnos y seguir andando. Ser lo bastante flexibles para afrontar lo imprevisto, buscar nuevas formas de enfocar el problema, y ser siempre conscientes de que, por muy bien que planifiques las cosas, algo puede fallar.

Lo importante es no rendirse cuando eso pase, sino tener los ojos bien abiertos y la mente despierta para encontrar otro camino.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Lámpara de calabaza

Una luz para alumbrar el camino en la oscuridad y atisbar tras el velo en la noche de Samhain...

Necesité, eso sí, un poco de ayuda de unas manos más habilidosas que las mías, pero me gustó el resultado. A ver si el próximo año me atrevo con algo diferente.

viernes, 31 de octubre de 2008

[En otras palabras] A veces comprendemos algo...

Ojalá encontremos esta noche ese sitio entre la luz y la oscuridad, donde las preguntas adecuadas siempre reciben respuesta.

¡Que paséis un feliz Samhain!

A veces comprendemos algo
entre la noche y la noche.
Nos vemos de pronto parados debajo de una torre
tan fina como el signo del adiós
y nos pesa sobre todo desconocer si lo que no sabemos
es adónde ir o adónde regresar.
Nos duele la forma más íntima del tiempo:
el secreto de no amar lo que amamos.

Una oscura prisa,
un contagio de ala
nos alumbra una ausencia desmedidamente nuestra.
Comprendemos entonces
que hay sitios sin luz, ni oscuridad, ni meditaciones,
espacios libres
donde podríamos no estar ausentes.

Roberto Juarroz

miércoles, 29 de octubre de 2008

Llueve

Cae la lluvia con violencia, retumbando en las aceras, empapando la tierra. Dura tan sólo unos minutos y termina convirtiéndose en un chispeo, leve pero continuo. 

Y entonces, aunque aún sigue lloviendo, asoma brevemente el sol.

Y tras el torrente de agua todo parece, por un instante, más limpio y más luminoso. 

lunes, 27 de octubre de 2008

Endoculturación

La cultura de una sociedad tiende a ser similar en muchos aspectos de una generación a otra. En parte, esta continuidad en los estilos de vida se mantienen gracias al proceso conocido como endoculturación. La endoculturación es una experiencia de aprendizaje parcialmente consciente y parcialmente inconsciente a través de la cual la generación de más edad incita, induce y obliga a la generación más joven a adoptar los modos de pensar y comportarse tradicionales. Así, los niños chinos usan palillos en lugar de tenedores, hablan una lengua tonal y aborrecen la leche porque han sido endoculturados en la cultura china en vez de en la de los Estados Unidos. La endoculturización se basa, principalmente, en el control que la generación de más edad ejerce sobre los medios de premiar y castigar a los niños. Cada generación es programada, no sólo para replicar la conducta de la generación anterior, sino también para premiar la conducta que se adecue a las pautas de su propia experiencia de endoculturización, y castigar , o al menos no premiar, la cultura que se desvía de éstas.

El concepto de endoculturación, (pese a sus limitaciones, que analizaremos más adelante) ocupa una posición central en el punto de vista distintivo de la antropología moderna. La incomprensión del papel que desempeña en el mantenimiento de las pautas de conducta y pensamiento de cada grupo forma el núcleo del fenómeno conocido como etnocentrismo. El etnocentrismo es la creencia de que nuestras propias pautas de conducta son siempre naturales, buenas, hermosas o importantes, y que los extraños, por el hecho de actuar de manera diferente, viven según modos salvajes, inhumanos, repugnantes o irracionales. Las personas intolerantes hacia las diferencias culturales, normalmente, ignoran el siguiente hecho: Si hubieran sido endoculturados en el seno de otro grupo, todos esos estilos de vida supuestamente salvajes, inhumanos, repugnantes e irracionales serían ahora los suyos.

Marvin Harris, Antropología cultural (1983)
Cap. 1 La antropología y el estudio de la cultura: Endoculturación y relativismo cultural


Las diferencias genéticas entre grupos humanos no tienen ni la milésima parte de la influencia sobre nuestros comportamientos de la que tienen las diferencias culturales. La educación (formal e informal) que recibimos nos prepara para que podamos integrarnos en la sociedad concreta de la que formamos parte. Cada sociedad tiene sus valores morales, su noción del éxito, sus tabúes, sus hábitos y sus vicios. Y cada sociedad, vista por una persona perteneciente a otra, parece ajena e irracional. Incluso la nuestra. Quizá especialmente la nuestra.

viernes, 24 de octubre de 2008

[En otras palabras] La llama

Los libros pueden abrir puertas a mundos desconocidos... pero también abrir ventanas que iluminen los rincones más ocultos de tu propio interior.

LA LLAMA

Leer es una llama.
El libro que estoy leyendo me aguarda ahí, en la mesa, apagado. Al leerlo lo enciendo.
Si yo no lo encendiera, él no brillaría. Los libros no son películas: no arden en salas vacías, sin ojos espectadores. Los libros no son músicas: no suenan por error o por descuido, no se escuchan en radios que nadie oye, no hacen ruido de fondo. No son esculturas ni pinturas, tan quietas y abandonadas, tan ellas mismas pese a todo.
Los libros son luces apagadas. Mi libro me necesita para encenderse. Ahí está, cerrado y en apariencia inofensivo. Sólo en apariencia: deja que alguien lo lea y el libro arda, y verás cómo quema y cuánto alumbra. Y cuando así sucede, ni el agua ni el fuego logra extinguirlos: lo saben todos los tiranos. Apagar un libro consiste en no leerlo. Haz este experimento: déjalo a merced del viento, que el aire hojee sus páginas. ¿Qué sucede? Nada. No se enciende. No pide ser abierto sino leído.
Sólo nosotros podemos encenderlos. La llama que enciende todos los libros está en nuestros ojos. Vamos por ahí, tan tranquilos, nos despertamos y volvemos a acostarnos, contemplamos la tele o un rostro querido, un espejo o unas nubes, lo vemos todo sin encender nada, sólo los libros arden con la mirada. No sabemos cuántos libros encendemos al cabo del tiempo, cuántas páginas han ardido bajo nuestros ojos. Si te pones a pensar, no hay nada más extraño que leer. Vas leyendo y vas alumbrándote. Te gusta lo que lees, y te incendias.

José Carlos Somoza


Más artículos de este magnífico autor.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Buscando en los ojos de los otros

A veces te olvidas momentáneamente de quién eres, y lo buscas en los ojos de los demás. Un punto de apoyo para seguir adelante. Una palabra que desencadene una cascada de recuerdos. Una mano tendida que te ayude a levantarte después de la enésima caída.

Pero si no conoces realmente la identidad que estás buscando, corres el riesgo de que una mirada diferente te desgarre el alma. 

lunes, 20 de octubre de 2008

Castillos en el aire

Las cosas son como son, y no como deseamos que sean.

Podemos aceptarlo, o podemos luchar por cambiarlas. Pero lo realmente importante es apreciar las circunstancias en su justa medida.

Porque si no entendemos lo que nos rodea, o, peor aún, nos negamos a verlo, si cerramos los ojos y tratamos de convencernos de que las personas y los sucesos encajan en aquello que nosotros deseamos... sólo estamos construyendo castillos en el aire. Y los castillos en el aire pueden durar un tiempo y deslumbrarnos con su resplandor, pero, a la larga, no son más que humo, sobre el que no se puede construir nada real.

Con un sueño, se puede edificar un futuro. Sobre un sueño, sólo se puede tejer aire.

Imaginando y urdiendo una realidad ilusoria nunca tendrás nada cierto, nada sólido. Pero con los pies asentados en la tierra puedes levantar las más altas torres. 

viernes, 17 de octubre de 2008

[En otras palabras] A mis obligaciones

Para empezar con lo tantas veces postergado y dar, al menos, unos pasos en la dirección que me corresponde tomar.

A MIS OBLIGACIONES

Cumpliendo con mi oficio
piedra con piedra, pluma a pluma,
pasa el invierno y deja
sitios abandonados,
habitaciones muertas:
yo trabajo y trabajo,
debo substituir
tantos olvidos,
llenar de pan las tinieblas,
fundar otra vez la esperanza.

No es para mí sino el polvo,
la lluvia cruel de la estación,
no me reservo nada
sino todo el espacio
y allí trabajar, trabajar,
manifestar la primavera.

A todos tengo que dar algo
cada semana y cada día,
un regalo de color azul,
un pétalo frío del bosque,
y ya de mañana estoy vivo
mientras los otros se sumergen
en la pereza, en el amor,
yo estoy limpiando mi campana,
mi corazón, mis herramientas.

Tengo rocío para todos.

Pablo Neruda

miércoles, 15 de octubre de 2008

[Música] Casiopea

Para todos aquellos que alguna vez se han sentido como si pertenecieran a otro planeta... y para todos aquellos que supieron traer a este mundo la luz de estrellas lejanas.



CASIOPEA

Como una gota fui de la marea,
la playa me hizo grano de la arena.
Fui punto en multitud por donde fui,
nadie me detectó y así aprendí.
Cuando creí colmada la tarea
volví mi corazón a Casiopea.
Cumplí celosamente nuestro plan:
por un millón de años esperar
Hoy llevo el doble dando coordenadas
pero nadie contesta mi llamada.
¿Qué puede haber pasado a mi señal?
¿Será que me he quedado sin hogar?
Hoy sobrevivo apenas a mi suerte,
lejano de mi estrella, de mi gente
El trance me ha mostrado otra lección:
el mundo propio siempre es el mejor.
Me voy debilitando lentamente,
quizá ya no sea yo cuando me encuentren.

Silvio Rodríguez

lunes, 13 de octubre de 2008

La mente, el cuerpo y el mundo (II): El lenguaje del cuerpo

Conozco muchas personas que no son capaces de escucharse a sí mismas. Gente que se pone nerviosa y no se da cuenta, que actúa de una determinada manera sin saber por qué lo hace, que se encuentra mal y no es capaz de encontrar el motivo... En realidad, supongo que son cosas que nos han pasado a todos alguna vez.

Y es que aunque no pensemos en ello, o no queramos creerlo (pues muchas veces nos provoca una suerte de indefensión el pensar que hay cosas, incluso en nosotros mismos, que no podemos controlar), nuestras decisiones conscientes, los actos que hacemos voluntariamente, los movimientos que realizamos a propósito, se acompañan de otras muchas cosas sobre las que nuestra mente tiene influencia, pero no poder absoluto.

Tomemos el ejemplo de un momento de tensión. Sentimos una vaga desazón, de la que somos conscientes (aunque a veces no plenamente), pero, aparte de eso... ¿qué más está ocurriendo? Quizá se nos acelere el corazón, sintamos que nos falta el aire o respiremos más superficialmente y con mayor rapidez, quizá nos suden las manos o nos tiemblen las piernas. Puede que queramos decir algo y se nos quiebre la voz.

En momentos como ése, nuestro cuerpo toma el control, y nuestra mente, tan lógica, tan racional, sólo sabe que se encuentra mal y que desea evitar ese lugar, situación, objeto, persona... que provoca tan desagradable sensación. Muchas veces, si preguntas a una persona qué le sucede en esas situaciones (por qué nunca sube a un ascensor, por ejemplo, o por qué evita hablar en público), sólo sabrá responder con vagas expresiones como "no me gusta", "me da vergüenza" o incluso "me da miedo". Sabes que te encuentras intranquilo, sabes que no te sientes bien, pero no conoces el motivo. Y a veces, con el tiempo, esa ligera ansiedad se convierte en auténtico temor, y acaba limitándonos.

Por eso es importante ser conscientes de que no somos sólo nuestros pensamientos y acciones, que las emociones y las sensaciones no son cosas insignificantes, sino que pueden ser más poderosas de lo que creemos. 

Necesitamos saber cómo nos sentimos, saber que no podemos refrenar los latidos de nuestro corazón sólo con decidirlo racionalmente, que necesitamos escuchar lo que el cuerpo está tratando de decirnos. Y luego, si es preciso, podremos actuar en consecuencia.

viernes, 10 de octubre de 2008

[En otras palabras] Hay un tiempo

Hay un tiempo para reir, y otro para sollozar, un tiempo de luz y un tiempo de noche, hay un tiempo para cantar, y otro para guardar silencio... y hay un tiempo para sentarse ante la ventana, ver caer la lluvia, y dejar, simplemente, que la mente vague lejos. Un tiempo de escucha y de espera...

HAY UN TIEMPO

Hay un tiempo de echarse a pensar y un tiempo de arder
y días de caer rendidos bajo techo
Un tiempo de amar
hasta el fondo
y días de herrumbre inmersos en nuestras cosas
Hay un tiempo de tender la mano y un tiempo de golpear
y un recuerdo que naufraga en nosotros y un rostro que acaso hemos visto o no.

Gustavo Pereira

miércoles, 8 de octubre de 2008

La mente, el cuerpo y el mundo: Psicosomático

-Eso no importa -dijo-. Esto no es más que un sueño, y en mis sueños no podéis hacerme daño.
La Cosa hizo una pausa y la miró con sus ojos vacíos.
-En vuestro mundo hay una palabra, creo que es «psicosomático».
-Nunca la había oído -replicó Esk.
-Significa que en tus sueños sí podemos hacerte daño.

Terry Pratchett, Ritos Iguales
Desde que Platón enunció el mito de la caverna, hemos vivido inmersos en una extraña dualidad: la mente y el cuerpo como cosas opuestas, como mundos aparte, e incluso como enemigos irreconciliables.

Fuimos instigados a despreciar lo mundano, lo material, lo físico, y a centrarnos en "las cosas elevadas del espíritu". Y cuando, con el tiempo, la mentalidad occidental fue cambiando, la sociedad avanzó, y el cuerpo fue reclamando el lugar que le correspondía... entonces se nos alentó a buscar satisfacción inmediata, a "no comerse el coco", a disfrutar sin pensar, sin reflexionar, buscando sólo la satisfacción del impulso, el "subidón de adrenalina" momentáneo.

Como en tantas otras cosas, oscilamos de un extremo al otro, despreciando la mente, rechazando el espíritu, empequeñeciéndonos a nosotros mismos al negar una parte de lo que nos hace lo que somos.

Pero la mente y el cuerpo son uno sólo... y no podemos olvidarlo, porque lo que pensamos, lo que sentimos, pueden hacernos tanto daño como las sensaciones externas que nuestro cuerpo experimenta. Al igual que puede ayudarnos a sanar.

La mente puede crear, y puede destruir... al igual que el cuerpo. No es ni menos ni más real una que el otro. Y son absolutamente interdependientes, aunque muchas veces no queramos darnos cuenta.
No somos sólo cuerpo o sólo mente, no somos sólo sensación, o sólo emoción, o sólo pensamiento.
Somos todo a la vez, ninguna cosa sin el resto.
Somos sencillamente humanos.

lunes, 6 de octubre de 2008

Corro de brujas

Ven, toma mi mano, y dancemos, dancemos... giros y más giros, cielo arriba, tierra abajo, con los árboles vigilantes a nuestro alrededor.

Ven, toma mi mano y únete a la danza. Giremos, giremos... daremos vueltas en torno al centro del mundo.

Foto tomada en la Sierra Norte de Sevilla, a mediados de septiembre.

*Sí, ya sé que un corro de brujas es un tipo de hongo... pero el lugar bien vale la licencia.

viernes, 3 de octubre de 2008

[En otras palabras] Viento

Lo siento golpeando contra los cristales... ¿de dónde viene? ¿qué me trae? ¿adónde puede llevarme?
Voy a abrir la ventana y escuchar.

VIENTO

Sopla viento, sopla y recorre
mi alma triste y cansada
sopla viento en la noche
tú, a quien nadie ve
tú, a quien nadie asalta.

Yo te conozco, viento,
desde hace ya muchos años
y sin embargo nunca sé
de dónde vienes o a dónde vas
ni siquiera si te vas a quedar.

A veces me calientas
y otras, frío como el hielo
me envuelves y me aprietas
en tu helada soledad
y yo, sin poder hacer nada
intento mantener un fuego
un calor que me haga reaccionar.

Pero tú, viento amigo
jamás te detienes a saludar
eres como ese cortejo
fúnebre y desolado
que por las calles del pueblo
mientras suenan las campanas
pasa silencioso y triste
avanzando sin detenerse
en ninguna puerta o zaguán.

No sé si eres del norte o del sur
o ni siquiera si traes esperanzas,
o tal vez recuerdos
de otros tiempos de felicidad.

Y sin embargo, viento te quiero
te añoro y siempre me elevo
hasta la loma más alta
para sentirte en la cara
sabiendo que vengas de donde vengas
y traigas lo que traigas
siempre, siempre te voy a esperar.

Fernando García Aleixandre

miércoles, 1 de octubre de 2008

[Técnicas] Tomar energía del cielo y de la tierra

Ésta es una técnica muy sencillita, pero que puede aportar mucho. De hecho, y dependiendo de la persona y del momento, tanto puede servir para relajarse como para activarse y llenarse de energía.

En primer lugar, nos situamos de pie en un lugar con cierto espacio libre a nuestro aldededor. No nos mantendremos en una postura rígida, sino con las piernas separadas, flexionando ligeramente las rodillas hasta un punto en el que nos sintamos cómodos. Agitamos los brazos para que estén sueltos y libres de tensión.

Respiramos hondo y lentamente tres veces (inhalando por la nariz y exhalando por la boca), y situamos las manos frente al pecho o el abdomen, paralelas al suelo con las palmas enfrentadas , una arriba y otra abajo, dejando entre ellas una distancia de unos diez centímetros.

Respiramos varias veces más y elevamos la mano superior (la que tiene la palma hacia abajo), mientras hacemos descender la inferior (con la palma hacia arriba), girando las manos hasta que queden paralelas al suelo, una sobre nuestra cabeza, con la palma apuntando al cielo, y otra frente a nuestra cadera o junto a nuestro costado, con la palma apuntando hacia el suelo. Las manos no tienen que estar perfectamente rectas, sino ahuecadas y relajadas. Tampoco estiramos del todo los brazos, sino que los dejamos levemente arqueados, de manera que los codos no estén en tensión.

En esta postura, sentimos cómo la energía que asciende de la tierra llega a nuestra mano inferior, y sube por el brazo, mientras la energía que desciende del aire llega a nuestra mano superior y baja por el brazo hasta que ambas energías se encuentran y se funden en el centro de nuestro cuerpo.

Respiramos hondo mientras percibimos esa sensación y, lentamente, intercambiamos el lugar de ambas manos, haciéndolas pasar una junto a otra frente a nuestro pecho, mientras giramos las palmas para volver a quedar en la postura anterior, pero de manera simétrica. Otra posibilidad (si tenemos más espacio) es girar los brazos en círculo en horizontal, desplazando lentamente el superior hacia el lateral y hacia abajo y el inferior hacia el lateral y arriba al mismo tiempo, estirándolos por completo, hasta llegar a la misma postura.

Ahora la energía del cielo llega a la mano que recibía la de la tierra, y viceversa. Volvemos a concentrarnos en cómo ambas energías se funden en nuestro interior mientras respiramos profundamente.

Podemos repetir estos movimientos tantas veces como queramos, pero siempre teniendo presente que deben hacerse de manera lenta y consciente, nunca convertirlo en un gesto mecánico. Al finalizar, respiramos hondo tres veces, expulsando el aire con fuerza.

Como veis, son unos movimientos muy simples, apenas requiere espacio ni tiempo, y es un gran ejercicio para centrarse y/o anclarse. Espero que os sea de utilidad.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Metamorfosis

Las cosas cambian, es innnegable. Basta mirar a nuestro alrededor, y comprobar cómo las hojas de los árboles empiezan a caer para ser conscientes de ello. Y no digamos si nos paramos a recordar cómo era el paisaje que nos rodea hace unos años, cómo eran nuestra casa o nuestra vida...

Las personas cambian todavía más. Nunca dejamos de aprender, de crecer, de descubrir. Desde las casualidades cotidianas más simples a los más impactantes eventos vitales o históricos, miles de cosas se juntan para que hoy no seamos los mismos que ayer.

Y sin embargo, muchas veces conocemos a una persona, la tratamos un breve tiempo, y ya creemos tenerla catalogada. Nacen así simpatías y antipatías, incluso amistades y enemistades, que se prolongan en el tiempo a pesar de que ni nosotros ni esas otras personas somos lo que fuimos... y en algunas ocasiones, incluso, los cambios sean de tal calibre que cuesta reconocer lo que había antes.

Hoy quiero abogar por mirar a las personas conocidas como si fuera la primera vez que las vemos. Quizá esa compañera de clase que te cayó tan bien por ser tan dicharachera y divertida ahora es una mujer engreída y huraña con la que ya no compartes nada. Quizá ese familiar político que creías gruñón y antipático resulte ser, después de todo, un conversador divertido o una compañía encantadora.

Y, de paso, mirémonos también a nosotros mismos. ¿Cuánto hemos cambiado? ¿Qué nos ha traído a dónde estamos ahora? ¿Podemos decir que nos conocemos, en este momento, o sólo recordamos cómo fuimos?

viernes, 26 de septiembre de 2008

[En otras palabras] Desafío al otoño

Porque a veces un sueño toma forma y vive a la luz del día...

DESAFÍO AL OTOÑO

Soñar es ver la vida de otro modo,
y es olvidar un poco lo que es.
Un sueño es casi nada y más que todo;
más que todo al soñarlo... Casi nada después.

José Ángel Buesa

lunes, 22 de septiembre de 2008

[Mitología] Mitos y cuentos (II)

El otro día dije que no considero que los mitos y los cuentos sean tan diferentes, ni que los segundos sean menos dignos que los primeros... será mejor que me explique.

El mito es una narración con vida propia. Guarda imágenes de tal fuerza que se han transmitido desde las raíces de nuestra cultura hasta hoy en día, propagándose y reproduciéndose, dando origen a nuevas historias. Formando parte de nuestra mente, de nuestra cultura. Formando parte de lo que somos.
La función que cumplían en la sociedad que los forjó no es la misma que cumplen hoy en día, y nunca podremos saber exactamente cómo veían ellos a los dioses y a los héroes. Sólo podemos interpolar e interpretar. Pero, a cambio, nuestra historia nos ha dado otra manera de verlos, propia de este momento y este lugar, incluso una propia de cada persona.
Los mitos están vivos, crecen y producen nuevos mitos, leyendas... y cuentos.

¿Es acaso menos real Caperucita que Hércules? ¿Tiene menos valor como reflejo de una forma de ver el mundo y de transmitir enseñanzas la manzana de Blancanieves que las de las Hespérides?
Los cuentos también tienen vida propia, también están fuertemente enraizados en nuestro imaginario colectivo, dando forma a nuestra mente. También han ido cambiando mientras nosotros cambiábamos, y se han mezclado y reproducido en miles de variantes y de historias nuevas. También nos enseñan algo sobre la forma de ver las cosas de quienes los forjaron, y mucho sobre nuestra propia concepción del mundo.
Los cuentos también pueden ser mitos, tan válidos como los clásicos. Quién sabe cuáles serán los mitos que heredará el futuro de nosotros...

viernes, 19 de septiembre de 2008

[En otras palabras] Viento

Flotando, flotando, en las alas del cambio... de aquí para allá sin poner el pie en el suelo.

VIENTO

Cantan las hojas,
bailan las peras en el peral;
gira la rosa,
rosa del viento, no del rosal.

Nubes y nubes
flotan dormidas, algas del aire;
todo el espacio
gira con ellas, fuerza de nadie.

Todo es espacio;
vibra la vara de la amapola
y una desnuda
vuela en el viento lomo de ola.

Nada soy yo,
cuerpo que flota, luz, oleaje;
todo es del viento
y el viento es aire siempre de viaje.

Octavio Paz

miércoles, 17 de septiembre de 2008

[Mitología] Mitos y cuentos (I)

El otro día leí un artículo sobre los héroes de la mitología cuya introducción me dio mucho que pensar. En ella, el autor hacía una clara distinción entre el mito y el cuento, tratando a este último con cierto tono despectivo, lamentando que las narraciones míticas se hubieran amalgamado con ellos hasta casi convertirse en cuentos ellas mismas.

Aunque sin duda tiene su parte de razón (un mito es mucho más que un mero relato), parece olvidar que muchos cuentos son también, a su manera, auténticos mitos, enraizados en nuestro pensamiento y en nuestra cultura.

Pero creo que es mejor que lo leáis vosotros mismos, y os forméis vuestra opinión. La mía os la daré en la próxima ocasión.

El territorio de los mitos, y los senderos que a él conducen, conforman un mundo complejo y atrayente, de límites difusos que, con frecuencia, hace errar el camino a quienes intentan transitar por sus entresijos. Esta es, sin duda, una de las características del mito: la dulce seducción que produce en todo aquel que se acerca a él. Pero quizá este atractivo haya hecho que, al cabo del tiempo, las fronteras entre mito y cuento se hayan ido borrando, de manera que hoy día uno y otro parecen haberse amalgamado hasta hacer casi imposible distinguirlos.

El resultado de este proceso ha sido nefasto para el estudio de los mitos pues, al ser confundidos con los cuentos, se han tratado como meras narraciones fantásticas en cuyas líneas sólo aparecen personajes increíbles y sucesos imposibles. Si un mito es igual que un cuento, ¿qué valor ha de tener en la investigación sobre los sucesos del pasado? ¿Qué crédito cabe conceder a héroes y dioses a los que prestamos la misma credibilidad que a Caperucita o al Gato con Botas? ¿Cómo puede alguien tomarse en serio las hazañas de heracles o las aventuras de Ulises?

En la mayor parte de los casos, los mitos no tienen nada que ver con los cuentos. O, al menos, no con su esencia. Los mitos, especialmente los griegos, no sólo formaron la mentalidad de este pueblo, definieron su alma y determinaron su historia, sino que han influido decisivamente en la generación de lo que, en términos generales, podría llamarse mentalidad occidental.

Es evidente que esto no es aplicable a todos los mitos; muchos han sido depurados por la tradición posterior hasta convertirlos poco menos que en pura literatura. Pero si lo es a aquellas narraciones que, surgidas del pueblo griego, se han ido poco a poco fijando en nuestros recuerdos hasta, por decirlo así, formar parte de nosotros mismos.

Extraído del artículo
Héroes mitológicos. En manos de los dioses,
de Bernardo Souvirón,
publicado en Muy Historia, nº 19,
septiembre de 2008.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Aquí y ahora

Aquí. Ahora. En este preciso instante. Donde el futuro se transforma en pasado. Sin recuerdos, sin expectativas. Sólo un segundo, que define lo que sientes, lo que eres. El presente es tan efímero como ilimitado. Sin principio ni fin. Sin barreras.
Vive este momento. Éste, y no ningún otro. No el que ha de venir, ni el que ha dejado la huella de su paso. Justo éste.
El tiempo no tiene sentido, pues todo lo que vivimos es sólo el intervalo, inabarcable, en el que lo que será se convierte en lo que fue. No tiene sentido aferrar cada grano de arena que se desliza por el cuello del reloj. Sólo dejarlo caer, dejarlo fluir. Ser consciente de su existencia, de su unicidad, de su irrepetibilidad.
Mira a tu alrededor, justamente ahora. Nunca volverás a vivir este preciso instante. Es abrumador, es alarmante, pero también es maravilloso.
Vive este segundo, vive este momento. Sé consciente, vívidamente consciente, del tiempo que normalmente no percibes. Disfruta su plenitud, y asume su pérdida.
Estás vivo, eres un ente individual único e irrepetible, una combinación de casualidades y causalidades que nunca volverá a producirse.
Eres tú.
Aquí y ahora.
¿Lo sientes?
Pues no lo olvides.

viernes, 12 de septiembre de 2008

[En otras palabras] Caballero de otoño

Como si alguien me cantara al oído con la voz del viento... como si el viento me susurrase con la voz del otoño...

CABALLERO DE OTOÑO

Viene, se sienta entre nosotros,
y nadie sabe quién será,
ni por qué cuando dice nubes
nos llenamos de eternidad.

Nos habla con palabras graves
y se desprenden al hablar
de su cabeza secas hojas
que en el viento vienen y van.

Jugamos con su barba fría.
Nos deja frutos. Torna a andar
con pasos lentos y seguros
como si no tuviera edad.

Él se despide. ¡Adiós! Nosotros
sentimos ganas de llorar.

José Hierro

miércoles, 10 de septiembre de 2008

El camino sigue y sigue desde la puerta...

Decía a menudo que sólo había un camino y que era como un río caudaloso; nacía en el umbral de todas las puertas, y todos los senderos eran ríos tributarios.
«Es muy peligroso, Frodo, cruzar la puerta», solía decirme. «Vas hacia el camino, y si no cuidas tus pasos, no sabes hacia dónde te arrastrarán.»

J.R.R. Tolkien. El Señor de los Anillos, I:
La Comunidad del Anillo

Es hermoso poner el pie en el camino, y dejar que tus pasos tomen senderos que deseabas recorrer, retornen a pisar sobre tus propias huellas, o te lleven a caminos que no esperabas.
Sólo se puede pedir una cosa más, y es que otros pies recorran tu misma senda, caminando a tu lado, compartiendo el cansancio y el reposo.

Me pongo en marcha una vez más.
Aunque sepa que pronto he de volver, no sé exactamente qué camino tomarán mis pies, a qué río me llevará esta vez el afluente que nace ante mi puerta. Pero sé que, donde quiera que vaya, estaré en buena compañía. Y eso es lo único que deseo saber.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Polisemia y homonimia

Homónimo, ma.

(Del lat. homonymus, y este del gr. ὁμώνυμος).

1. adj. Dicho de dos o más personas o cosas: Que llevan un mismo nombre. U. t. c. s.

2. adj. Ling. Dicho de una palabra: Que, siendo igual que otra en la forma, tiene distinta significación; p. ej., Tarifa, ciudad, y tarifa de precios. U. t. c. s. m.

3. m. y f. tocayo.

Nunca he visto que nadie escriba "banko" o "bancoh" no sea que alguien se confunda y piense que en el parque se sientan sobre un montón de peces.

Nunca he visto que nadie escriba "kopa" o "copah" no sea que alguien se confunda y piense que se toman el vino en las hojas de un árbol.

Si se quiere copiar o adaptar un término, más vale que se sepa exactamente qué significa y por qué surgió en primer lugar. De lo contrario, se corre el riesgo de caer en argumentos banales.

viernes, 5 de septiembre de 2008

[En otras palabras] El otoño se acerca

El otoño está en el horizonte... viene tan despacio como vino la primavera, pero ya siento soplar el viento del cambio.
Quedan aún días para despedirnos del calor, de la llama. Pero pronto llegará el momento de ponerse en movimiento.
Sé que no lamentaré que se aleje el verano, porque estaré demasiado centrada en disfrutar del otoño.
EL OTOÑO SE ACERCA

El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.

Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.

Y lo perdimos para siempre.

Ángel González

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Reverdeciendo

El año pasado por estas fechas, un árbol quemado y agostado me enseñó una hermosa lección sobre la vida y el renacimiento.
Estas vacaciones he vuelto a ese lugar, y me he llevado una alegría aún mayor.

Conocía la gran resistencia al fuego del Pinus canariensis, claro. Tiene que ver con el grosor de su corteza y su capacidad para producir nuevos brotes desde cualquier punto del tronco y prácticamente en cualquier condición. Pero saber una cosa no es lo mismo que verlo, y, sobre todo, no es lo mismo que sentirlo.

Éste es el aspecto de la zona actualmente:



Aún quedan ramas quemadas, terreno agostado, arbustos resecos. Pero el verde ha vuelto a brotar, renaciendo de las cenizas. Los pinos tienen el tronco negro, pero están cubiertos de hojas nuevas.  


Allí me quedé, mirando, un buen rato... empapándome de esa sensación, ese conocimiento, ese regalo.

La vida, una vez más, se abre camino.



Más sobre la capacidad de adaptación del pino canario en este recomendable artículo (en .pdf).
El pino canario (Pinus canariensis), una especie singular, por J. Climent, R. López, S. González, y L. Gil4, publicado en Ecosistemas, Revista científica y técnica de ecología y medio ambiente

Fotos tomadas en Cercados de Araña, Gran Canaria, a mitades de agosto.

lunes, 1 de septiembre de 2008

[Yo y mis circunstancias] Novedades

Bien... aquí estoy de nuevo.
Las vacaciones han sido más inquietas que relajantes, la verdad, pero qué se podía esperar, tratándose de mí. Al menos no se puede negar que han sido variadas, e incluso sorprendentes.

Y aquí están los cambios de los que hablaba... como podéis ver, no son pocos.

En primer lugar, salta a la vista que la estética del blog está reformada por completo. Fue una pelea a brazo partido con el html tras la cual confío en que llegamos a un entendimiento. Básicamente, retorcí y torturé la plantilla Mínima de Blogger hasta que hizo (más o menos) lo que yo esperaba de ella. Cosa de la que habría sido incapaz, por cierto, sin la inestimable ayuda de  El Escaparate de Rosa, un blog que te enseña a hacer cosas que yo habría creído totalmente imposibles de forma que incluso parecen sencillas.
La imagen del fondo pertenece a Vladstudio, el resto han sido resultado de otra pelea a brazo partido, esta vez entre mi torpeza patológica y el Photoshop, junto con un ataque de nervios, un ratón maltratado, una lengua mordida y otras secuelas de menor importancia.

El cambio más importante que quería hacer era con respecto a la navegación por la página. Casi sin darme cuenta, había escrito tantas entradas que localizar una simplemente con el archivo temporal era una tarea de lo más tediosa incluso para mí, que tenía una breve idea del momento en el que escribí cada cosa. No quiero imaginar si alguno de vosotros quería volver a localizar una información que le interesaba o una idea que le gustó, o si algún pobre incauto recalaba aquí desde Google y quería saber más de lo que he escrito sobre un tema en concreto, o simplemente curiosear.
Así que he agregado una barra de categorías y un buscador, que espero que abrevien y faciliten todas esas tareas, y más que se os puedan ocurrir.

La posibilidad de suscribirse a la página vía RSS, está ahora más accesible, y distingue entre las propias entradas, los comentarios, y los comentarios de cada entrada en concreto. Es una pijada, lo sé, pero Blogger me daba la opción de hacerlo, y quizá alguien esté interesado, así que ¿por qué no darle esa posibilidad?

Por otra parte, he agregado bastantes más enlaces, y los he dividido en dos grandes bloques: los directamente relacionados con el paganismo por un lado, y, por otro, los que simplemente considero que son una ayuda, una buena fuente, o un placer de leer (o las tres cosas).
Esto me ha permitido enlazar varias páginas amigas que visito habitualmente y que antes se habían quedado fuera por restringirme a lo estrictamente pagano, como el blog de Tanakil (Laberinto de ideas) o el Diario de Natsu (cuya concienzuda investigación sobre el pseudodocumental Zeitgeist no tiene precio), y añadir otros blogs amigos de temática pagana que deberían haber estado aquí hace tiempo, caso de Dioses Ehiralbos o El Bosque, que os recomiendo encarecidamente.
Y de paso he incluído otras páginas sobre historia, poesía, mitología o simbología, que personalmente he encontrado tan interesantes como provechosas.

Muchas gracias por estar ahí, espero que os guste tanto la nueva imagen como las nuevas funciones, y que el código html no decida vengarse de las crueldades que he perpetrado contra él y asfixiarme entre comillas, llaves y barras mientras duermo.

Y ahora... a seguir avanzando. 

viernes, 8 de agosto de 2008

[En otras palabras] El mar de siempre

Voy a pasar unos días clavada frente al mar, a ver qué me dicen las olas. Voy a permitirme disfrutar del mar, antes de saber desde qué orilla podré verlo el próximo verano.

EL MAR DE SIEMPRE

No volver a soñar más que en lo mismo
para tejer el hilo de los tiempos
que tal vez fueron milagrosos.
O acaso no existieron,
sino en la mente de quien los pensó.

Ese arrullo que escuchas
no es el del mar de entonces;
aquel calló con las ausencias,
o bien se hundió lejano
y se perdió en la espuma de otros mares.

No son los mismos, nunca.
Cada uno se acerca a sus orillas,
diversos todos, todos únicos
en el rozar del agua con su tierra;
y cada tierra con su mar se duerme
o al levantar el sol con él se alza.
Pero distintas, diferentes,
las tierras lejos, las de cerca,
tienen su propio mar que las arrulla
y con diverso pálpito respiran.

Como es otra la música
que en su bajar nos llega
del infinito mar de las constelaciones.

Y así vamos de mares y de orillas
al límite final que nos espera.


Eugenio Florit

Me tomo unas semanas de vacaciones, que aprovecharé para hacer unos cuantos cambios, que espero que os gusten. Volveré a primeros de septiembre, aunque procuraré entrar de vez en cuando para responder los comentarios (si es que hay alguno).

Hasta entonces, y disfrutad de la fuerza del sol, estéis donde estéis.

miércoles, 6 de agosto de 2008

[Arte] El nacimiento de Venus


El nacimiento de Venus es un temple sobre lienzo pintado por Sandro Botticelli entre 1482 y 1484, en pleno Renacimiento.
Es fácil apreciar la influencia de las esculturas clásicas en el porte, las líneas y el color de la figura de Venus, alzada en sinuoso contraposto sobre la enorme concha, cubriéndose púdicamente con las manos y el cabello.

Podría pasar horas hablando de la composición, la Diosa encuadrada entre el agua, la tierra y el aire, la simbología de las flores, del manto, de los personajes... y muchos lo han hecho antes que yo.

Pero nada de lo que pueda contaros es comparable a observar por uno mismo la pintura, la belleza y el misterio, incluso la indefinible pureza, que Botticelli supo imprimirle a su Venus.

Recuerdo a alguien que al ver este cuadro en los muros del Ufizzi se le saltaron las lágrimas y le faltó la respiración. A veces la belleza puede ser abrumadora.

Más información:

Botticelli y el Nacimiento de Venus en la Wikipedia
Galería de Botticelli en Artelista

lunes, 4 de agosto de 2008

Otras perspectivas

Hay muchos lugares, objetos y personas que vemos todos los días. Recorremos las mismas calles, utilizamos los mismos objetos, nos cruzamos con las mismas personas, vecinas, desconocidas, o ambas cosas, cuyos horarios coinciden con los nuestros. Y pasamos de largo casi sin verlos, acaban por volverse invisibles, de tan familiares.

Dejamos de prestarles atención a las cosas conocidas, entendidas, etiquetadas. Ya son rutinarias, corrientes, triviales. Buscamos otras cosas, cosas que nos sorprendan, que nos llamen la atención, que nos hagan sentir la emoción del descubrimiento.
Y sin embargo esa emoción puede encontrarse también en las pequeñas cosas cotidianas. Sólo tenemos que cambiar la perspectiva, mirarlas de nuevo como si fuera la primera vez.

Levantar la vista para ver las ventanas, los balcones, y los tejados, las macetas de flores y las copas de los árboles cuyos troncos nos bloquean el camino al pasar deprisa por la acera.
Tratar de hacer las cosas de siempre con distintas herramientas, o sin ellas, para aprender a apreciar el trabajo que nos ahorran. Observar la forma del más vulgar de los objetos, sabiendo que es el producto final de un proceso de diseño que, en algunos casos, ha llevado cientos de años perfeccionar.
Mirar a la gente de verdad, conscientemente: sus caras, sus manos, su forma de caminar o de moverse. Preguntarte, por una vez, quiénes son, cómo son sus vidas, qué pasará por sus pensamientos.

Las más curiosas enseñanzas de la vida no están sólo en las cosas llamativas... también aparecen en las más simples, las que hemos olvidado cómo mirar.
Quizá haya algo maravilloso que ver en el reflejo del sol en los cristales de una fachada, en la forma y el filo de unas tijeras, en la media sonrisa de nuestro compañero de vagón de metro... Quizá haya algo maravilloso que ver ahora mismo, justo ante tus ojos. Si sabes mirar.

viernes, 1 de agosto de 2008

[En otras palabras] Al Sol

Que tengáis una buena cosecha, que nunca os falte el pan. Que el sol os alumbre y os arrope en su calor hasta que llegue el otoño.

AL SOL

Salud, oh sol glorioso,
adorno de los cielos y hermosura,
fecundo padre de la lumbre pura;
oh rey, oh dios del día,
salud; tu luminoso
rápido carro guía
por el inmenso cielo,
hinchendo de tu gloria el bajo suelo.

Ya velado en vistosos
albores alzas la divina frente,
y las cándidas horas tu fulgente
corte alegres componen.
Tus caballos fogosos
a correr se disponen
por la rosada esfera
su inmensurable, sólita carrera.

Te sonríe la aurora,
y tus pasos precede, coronada
de luz, de grana y oro recamada.
Pliega su negro manto
la noche veladora;
rompen en dulce canto
las aves; cuanto alienta,
saltando de placer, tu pompa aumenta.

Todo, todo renace
del fúnebre letargo en que envolvía
la inmensa creación la noche fría.
La fuente se deshiela,
suelto el ganado pace,
libre el insecto vuela,
y el hombre se levanta
extático a admirar belleza tanta.

Mientras tú, derramando
tus vivíficos fuegos, las riscosas
montañas, las llanadas deliciosas,
y el ancho mar sonante
vas feliz colorando;
ni es el cielo bastante
a tu carrera ardiente
de las puertas del alba hasta occidente,

que en tu luz regalada,
más que el rayo veloz, todo lo inundas,
y en alas de oro rápido circundas
el ámbito del suelo;
el África tostada,
las regiones del hielo
y el Indo celebrado
son un punto en tu círculo dorado.

¡Oh, cuál vas! ¡cuán gloriosa
del cielo la alta cima enseñoreas,
lumbrera eterna, y con tu ardor recreas
cuanto vida y ser tiene!
Su ancho gremio amorosa
la tierra te previene;
sus gérmenes fecundas,
y en vivas flores súbito la inundas.

En la rauda corriente
del Oceano, en conyugales llamas
los monstruos feos de su abismo inflamas;
por la leona fiera
arde el león rugiente;
su pena lisonjera
canta el ave, y sonando
el insecto a su amada va buscando.

¡Oh Padre! ¡oh rey eterno
de la naturaleza! a ti la rosa,
gloria del campo, del favonio esposa,
debe aroma y colores,
y su racimo tierno
la vid, y sus olores
y almíbar tanta fruta
que en feudo el rico otoño te tributa.

Y a ti del caos umbrío
debió el salir la tierra tan hermosa,
y debió el agua su corriente undosa,
y en luz resplandeciente
brillar el aire frío,
cuando naciste ardiente
del tiempo el primer día,
¡oh de los astros gloria y alegría!

Que tú en profusa mano
tus celestiales y fecundas llamas,
fuente de vida, por doquier derramas,
con que súbito el suelo,
el inmenso Oceano
y el trasparente cielo
respiran: todo vive,
y nuevos seres sin cesar recibe.

Próvido así reparas
de la insaciable muerte los horrores;
las víctimas que lanzan sus furores
en la región sombría,
por ti a las luces claras
tornan del almo día,
y en sucesión segura,
de la vida el raudal eterno dura.

Si mueves la flamante
cabeza, ya en la nube el rayo ardiente
se enciende, horror al alma delincuente;
el pavoroso trueno
retumba horrisonante,
y de congoja lleno,
tiembla el mundo vecina
entre aguaceros su eternal ruina.

Y si en serena lumbre
arder velado quieres, en reposo
se aduerme el universo venturoso,
y el suelo reflorece.
La inmensa muchedumbre
ante ti desparece
de astros en la alta esfera,
donde arde sólo tu inexhausta hoguera.

De ella la lumbre pura
toma que al mundo plácida derrama
la luna, y Venus su brillante llama;
mas tu beldad gloriosa
no retires: oscura
la luna alzar no osa
su faz, y en hondo olvido
cae Venus, cual si nunca hubiera sido.

Pero ya fatigado
en el mar precipitas de occidente
tus flamígeras ruedas. ¡Cuál tu frente
se corona de rosas!
¡Qué velo nacarado!
¡Qué ráfagas vistosas
de viva luz recaman
el tendido horizonte, el mar inflaman!

La vista embebecida
puede mirar la desmayada lumbre
de tu inclinado disco; la ardua cumbre
de la opuesta montaña
la refleja encendida
y en púrpura se baña,
mientras la sombra oscura
cubriendo cae del mundo la hermosura.

¡Qué magia, qué ostentosas
decoraciones, qué agraciados juegos
hacen doquiera tus volubles fuegos!
El agua, de ellos llena,
arde en llamas vistosas,
y en su calma serena
pinta ¡oh pasmo! el instante
do al polo opuesto te hundes centellante.

¡Adiós, inmensa fuente
de luz, astro divino; adiós, hermoso
rey de los cielos, símbolo glorioso
del Excelso! y si ruego
a ti alcanza ferviente,
cantando tu almo fuego
me halle la muerte impía
a un postrer rayo de tu alegre día.


Juan Meléndez Valdés

miércoles, 30 de julio de 2008

Junto a un árbol

Un árbol dice: "En mi vida se oculta un núcleo, una chispa, un pensamiento, soy vida de la vida eterna. Única es la tentativa y la creación que en mí ha osado la Madre Eterna. Única es mi forma y únicas las vetas de mi piel, único el juego más insignificante de las hojas de mi copa y la más pequeña cicatriz de mi corona. Mi misión es dar forma y presentar lo eterno en mis muescas singulares".

Herman Hesse, El Caminante

De vez en cuando es bueno sentirse un poco árbol... vida de la vida eterna, únicos en el universo, desde la primera arruga a la última cicatriz. Aguantar cuando el viento pretenda derribarte, hacer sonar las hojas con el murmullo de las brisas, alumbrar al mundo con el verde de la vida.

Y siempre es bueno toparse con una persona-árbol, y aspirar el aroma de sus flores, tomar sus frutos, descansar junto a su tronco y comprender que hay quien aporta sin pedir a cambio más que compañía.
Dejadme reposar hecha un ovillo entre sus raíces. Quizá mañana sea yo quien deba dar sombra y cobijo.

lunes, 28 de julio de 2008

[Música] Ofrenda

Pedro Guerra es un cantautor canario de bastante éxito. Empezó tocando en el proyecto Taller Canario de Canción, con letras, ritmos e instrumentos, muy apegados a su tierra. Posteriormente ha llegado a ser un artista con miras mucho más amplias que toca todo tipo de temas, algunos bastante polémicos.

Esta canción, que da título a uno de sus discos, está plagada de referencias de sabor pagano. Cuenta el autor que la idea para componerla se la dieron los altares del día de muertos en Oaxaca (México), y que es "una ofrenda para regresar lo que se ha ido".



OFRENDA

Lleno un cazo de agua
y lo dejo en la puerta
para que vuelvas.

Trigo y aceitunas,
miel y hierbabuena,
para que vuelvas

Abro la ventana,
lleno la despensa,
para que vuelvas

Un calor del nido,
infusión de menta,
para que vuelvas

Beberás, mojaras tus labios
después de tanto andar.
Hablaras, contarás lo andado
y después descansarás

Diez racimos de uvas
y un frescor de fresas
para que vuelvas

Un humo de incienso
y una luz de vela
para que vuelvas

Beberás, mojaras tus labios
después de tanto andar.
Hablaras, contarás lo andado
y después descansarás.

Agua, tierra, fuego y aire.
Todo lo que esperas
del amor y de la vida.
Te daré mi ofrenda
para que vuelvas.


Letra y música: Pedro M. Guerra

viernes, 25 de julio de 2008

[En otras palabras] Me alumbrará el sol a medianoche

Es tiempo de sentir el sol en la piel, de disfrutar de la vida, de zambullirse en el mar de un salto, de compartir con los amigos los frutos de la cosecha. Es tiempo de fuego, de alegría y de reencuentros, de risas y de cantos. Es tiempo de verano, disfrutémoslo.

ME ALUMBRARÁ EL SOL A MEDIANOCHE

Me alumbrará el sol a medianoche
En el suave sueño que el corazón vive
Y alzaré la copa de los días festivos
Cantando de nuevo los caminos en calma;

Sonreiré ante los amargos desiertos
Construyendo sencillos y amables rostros,
Lanzando cosas pequeñas infinitos regalos,
Grandes misterios escuchando la voz de los bienaventurados;

Volverán las historias silenciosas
A gritar las sagradas palabras de alegría,
A llorar en la cascada de rosas blancas
Las imágenes de soledad bailando los encuentros;

Amaré persiguiendo la dicha con sus colores
En el reino de los tesoros compartidos
De los amigos de los ensueños y las realidades
Desenterrando raíces de cualidades y valores.

Ricardo Serna G.

miércoles, 23 de julio de 2008

Lo olvidado

No sabemos cómo rezaban los antiguos, no podemos penetrar en la intimidad de su vida religiosa, y por ello nos resultarán desconocidas determinadas profundidades del alma antigua. Si un feliz azar nos devolviese algún libro sagrado de finales del paganismo, las revelaciones que nos aportaría asombrarían al mundo. Veríamos desarrollarse bajo nuestros ojos estos misteriosos dramas, cuyos actos simbólicos conmemoraban la pasión de los dioses, podríamos compartir con los fieles sus sufrimientos, lamentarnos por su muerte y participar en las alegrías de su retorno a la vida. Se hallarían mezclados en estas vastas recopilaciones ritos arcaicos que perpetuaban oscuramente el recuerdo de creencias en desuso y fórmulas tradicionales, concebidas en una lengua envejecida y que apenas se comprendía, junto con las ingenuas oraciones imaginadas por la fe de los primeros tiempos, santificadas por la devoción de los pasados siglos y como ennoblecidas por todas las alegrías y las penas de las pasadas generaciones. Se podría leer a la vez estos himnos en los que la reflexión filosófica se traducía en suntuosas alegorías o se humillaba ante la omnipotencia de lo infinito, poemas de los que sólo determinadas efusiones de los estoicos, que celebraban el fuego creador y destructor, o se entregaban plenamente a la divina Fatalidad, pueden darnos hoy en día alguna idea.

Pero todo esto ha desaparecido y también hemos perdido la posibilidad de estudiar de acuerdo con los documentos auténticos el desarrollo interno de los cultos paganos.

Las religiones orientales y el paganismo romano, Franz Cummont

Nos llamamos a nosotros mismos paganos, porque eso es lo más parecido a lo que sentimos que somos. Nos llamamos a nosotros mismos paganos porque esa palabra conecta con algo profundo en nuestro interior. Nos llamamos a nosotros mismos paganos por contraposición a las religiones que hace siglos llamaron así a quienes no creían lo que ellos. Nos llamamos a nosotros mismos paganos por miles de razones, tantas como las personas que nos encuadramos bajo esa palabra, pero muchas veces no sabemos qué es lo que queremos decir realmente al darnos ese nombre.

Ser pagano es más que una palabra, es un camino... aunque sea una senda medio oculta en la maleza, donde es más sencillo perderse que avanzar.
Tenemos que aprender a asumir que del paganismo antiguo se ha olvidado más de lo que entre todos conseguimos recordar o reconstruir. Y tenemos que aprender a asumir que eso no nos hace menos paganos, sólo paganos actuales.

lunes, 21 de julio de 2008

Mucho más complicado de lo que parece

Ayer topé con un texto que escribí hace casi diez años. Y me sorprendí al ver que cada palabra sigue siéndome válida hoy, aquí, a años-luz de aquel momento y aquellas circunstancias. Las cosas cambian, mucho más de lo que cualquiera podría prever. Pero los cimientos permanecen para permitirnos construir.

Hablábamos de lo complicada que es la vida. De lo increíblemente complicada que puede llegar a ser. No mi vida, ni la tuya. La vida, en general. La vida de todos, entremezclada, como un dibujo de complejidad infinita con la firma de Escher al pie. Un dibujo con las dimensiones y las proporciones tan torcidas y enredadas que no puede tener referente en la realidad. Y que es la realidad.

Podemos escondernos, refugiarnos en el trocito de vida que nos toca, en el que las cosas parecen más o menos normales, aunque a veces aparezca algo fuera de sitio sin saber por qué, y hacernos la ilusión de que las cosas son perfectamente lógicas, que pueden entenderse por criterios racionales, y que, si nos esforzamos un poco, podemos controlarlas, al menos a grandes rasgos.

Hasta que ocurre algo que le da la vuelta a todo, empezando por uno mismo. Algo que nos hace comprender que a todos nos unen hilos, que nos enganchan unos a otros, y que no se puede tocar uno de ellos sin que los demás se muevan. Una sola causa, una mínima acción, puede tener consecuencias en todas direcciones, que a su vez producen consecuencias que rebotan, que forman perturbaciones más allá de nuestro alcance, mucho más allá, que incluso puede que, en uno de esos rebotes que siguen formándose interminablemente, nos golpee de nuevo. Carambolas y contracarambolas.

Uno no suele pararse a pensar en la complejidad de la vida. ¿A quién le incumbe lo que yo pueda hacer? Es asunto mío, quizá de las personas que se ven directamente involucradas, pero de nadie más. Sólo que lo que yo hago te mueve a tí una centésima de milímetro, y ese movimiento tuyo lo mueve a él otra centésima de milímetro más allá... y en el otro extremo de esta trama que es la vida, alguien se encuentra de repente desplazado varios metros, sin suelo bajo sus pies. Y cae.

Tampoco podemos quedarnos quietos. Pero, ya que cualquier movimiento va a multiplicarse por un número elevado a uno seguido de infinitos ceros, por lo menos podemos procurar que ese movimiento sea lo más acertado posible. Así puede que consigamos movernos en la dirección correcta. Porque las buenas consecuencias se multiplicarán exactamente de la misma manera que las malas. No hay nadie controlando los hilos de esta red. Nadie sabe a dónde podemos llegar.