viernes, 30 de julio de 2010

[En otras palabras] Sonata para adiós y flauta

Lo bueno de los lazos verdaderos es que, por más que se estiren, nunca se rompen.

SONATA PARA ADIÓS Y FLAUTA

Te vas tan sola como siempre
te echaremos de menos
yo y los abrazos de las tardes
yo, mi alma y mi cuerpo.

Tu larga sombra se resiste
a abandonarnos, pero
has decidido que se fuera
contigo a todo riesgo.

De todos modos no querría
que enterraras tu sueño
aquel en que tu amor de nadie
era como un estreno.

Te vas de nuevo no sé a dónde
y tu adiós es un eco
que se prolonga y nos alude
como un último gesto

nunca guardaste la ternura
como pan para luego
estoy seguro de encontrarla
liviana entre tus pechos.

Te vas con paso de derrota
pero no me lo creo
siempre has vencido en tu querella
contra el odio y el miedo.

Quién sabe allá lo que te aguarda
ese allá tan desierto
que se quedó sin golondrinas
todo erial, todo invierno

mas si te extraviaras una tarde
entre el mar y el espejo
recuerda que aquí estamos
yo, mi alma y mi cuerpo.

Mario Benedetti

miércoles, 28 de julio de 2010

El cuento y la imaginación

En el proceso de endoculturación, no basta con enseñar las normas y valores, además es necesario crear las bases para que la persona pueda aprender por sí misma, a pensar, y también a soñar. Los símbolos aprendidos en la infancia se irán enriqueciendo con el tiempo, y el mundo interior se irá poblando con imágenes y significados nuevos. Los cuentos infantiles seguirán así mostrándonos lecciones valiosas durante toda nuestra vida.
La imaginación del niño, que comenzó a despertarse en los primeros meses de vida, brota ya a borbotones y se desbordará sin el cauce de fina arena que le ofrece el cuento de hadas, no dejando que se atrofie o que entre en el campo de la patología. Esa imaginacion infantil que le permite ver un río en la alfombra del pasillo, y una carretera polvorienta en un rayo de sol que llega hasta su mano. Transposición mágica de la realidad en ensueño, despertar de la parte más importante en la vida mental del ser humano, la cualidad imaginativa.
No desterremos el cuento de hadas y de duendes. Mucho se ha discutido sobre ello, pero si a la imaginación del niño no se le da el cuento mágico cuando le llega la hora de nutrirse de maravillas, tomará el relato de brujas o de crímenes espeluznantes o de su cesos misteriosos, que dejarán terrible y peligrosa huella en su cerebro. La necesidad de su espintu la satisfará con lo que encuentre a mano. Es un momento decisivo en su vida interior.
Es doloroso que el niño, siempre imaginativo, se vea defraudado por un exceso de realidades, convirtiéndose en un ser vulgar y gris, siempre a ras de tierra, sin una chispa de luz divina en su cerebro. Tal es el caso de la mayor parte de los seres humanos.
Una imaginación bien canalizada es la más brillante colaboración de la inteligencia, sirviendo a planes bien definidos y concurriendo a resultados utilísimos. Basta recordar el amplio campo de la hipótesis en las ciencias.

Elena Fortún, Pues señor...
(Cómo debe contarse el cuento
y cuentos para ser contados)

miércoles, 21 de julio de 2010

Media luna


Yaya Ceravieja siempre se había preguntado qué tenía de especial la luna llena. Sólo era un enorme círculo de luz. Y la luna nueva sólo era oscuridad.
Pero, a mitad de camino entre las dos, cuando la luna estaba entre ambos mundos de luz y oscuridad, cuando incluso la luna vivía en el límite... quizá entonces una bruja podía creer en la luna.

Terry Pratchett, Brujas de Viaje

viernes, 16 de julio de 2010

[En otras palabras] Porvenir

Esperar no siempre basta. A veces hay que perder la paciencia y salir a buscar las cosas que nunca llegan. A veces hay que dejar de correr y cambiar de camino si queremos llegar a alguna parte. Crear el porvenir en lugar de aguardarlo.

PORVENIR

Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.
... Mañana!
Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.

Ángel González

lunes, 12 de julio de 2010

Espejos deformantes

Creemos que los espejos no mienten, y olvidamos que es nuestra mirada la que da sentido a lo que vemos. Miramos donde queremos mirar, pasamos por alto lo que preferimos ignorar, ponemos nuestra mejor pose, y nos mentimos a nosotros mismos.
Buscamos  nuestro reflejo en cómo nos ven los otros, y olvidamos que cada persona sólo puede mostrarnos una faceta de lo que somos, y si sólo buscamos la compañía de aquellos que piensan como nosotros o nos dan la razón, silenciamos y negamos gran parte de nuestro ser.
Construimos nuestro autoconcepto creyendo ser objetivos por enfocarlo bajo la luz más intensa para evaluarlo minuciosamente, y olvidamos que esa luz proyecta nuestra sombra más densa y alargada justo allá donde no miramos.
Para llegar realmente a conocerse hay que asumir la existencia de todo lo que llevamos dentro, no sólo de lo que nos resulta agradable, lo que le gusta a los demás, lo que deseamos ser... También de aquello que nos avergüenza, o incluso nos asusta. Quizá una vez aceptemos su existencia, y nuestra responsabilidad en ella, estemos preparados para cambiarlo o dejarlo atrás.

sábado, 10 de julio de 2010

[En otras palabras] Como si fuéramos inmortales

Vivir, vivir sin más, sin miedo, huyendo de las dudas, y de las certezas, y sin perder nunca la risa y la esperanza.

COMO SI FUÉRAMOS INMORTALES

Todos sabemos que nada ni nadie habrá de ahorrarnos el final
sin embargo hay que vivir como si fuéramos inmortales
sabemos que los caballos y los perros tienen las patas sobre la tierra
pero no es descartable que en una nochebuena se lancen a volar

sabemos que en una esquina no rosada aguarda el ultimátum de la envidia
pero en definitiva será el tiempo el que diga dónde es dónde y quién es quién

sabemos que tras cada victoria el enemigo regresa buscando más triunfos
y que volveremos a ser inexorablemente derrotados vale decir que venceremos

sabemos que el odio viene lleno de imposturas
pero que las va a perder antes del diluvio o después del carnaval
sabemos que el hambre está desnuda desde hace siglos
pero también que los saciados responderán por los hambrientos

sabemos que la melancolía es un resplandor y sólo eso
pero a los melancólicos nadie les quita lo bailado
sabemos que los bondadosos instalan cerrojos de seguridad
pero la bondad suele escaparse por los tejados
sabemos que los decididores deciden como locos o miserables
y que mañana o pasado alguien decidirá que no decidan

sintetizando / todos sabemos que nada ni nadie habrá de ahorrarnos el final
pero así y todo hay que vivir como si fuéramos inmortales


Mario Benedetti

lunes, 5 de julio de 2010

La letra de la ley

Las creencias y rituales religiosos también muestran relaciones adaptativas en forma de tabúes. A menudo los tabúes adoptan la forma de mandatos sagrados que resuelven las ambigüedades y controlan la tentación de involucrarse en conductas como el incesto, que tienen beneficios a corto plazo pero que, a la larga, son socialmente perturbadoras. Con este enfoque se pueden examinar muchos tabúes sobre animales cuya explotación provoca consecuencias ecológicas y económicas ambiguas. Por ejemplo, el tabú del cerdo entre los antiguos israelitas se puede comprender como una adaptación al cambio de los costos y beneficios de la cria de cerdos, provocado por el crecimiento demográfico, la deforestación y la desertización. Una relación análoga entre costos y beneficios a corto y a largo plazo, puede también explicar la pauta de uso y no uso de ciertos animales y tabúes asociados a diversas intensidades de lo sagrado que cabe observar en aldeas de diferentes tamaños de la selva tropical amazónica. Un ejemplo final de la forma en que tabúes y religiones enteras se adaptan a contextos políticos, económicos y ecológicos cambiantes es la vaca sagrada en la India.

Marvin Harris, Antropología Cultural
Cap. 12: La religión

Las reglas y normas evolucionan. Los preceptos que se crearon para una población específica en un contexto específico, no siempre tienen el mismo sentido tras la colonización de nuevas tierras, la mezcla racial y cultural que se produce con el contacto con otros pueblos, o el simple paso del tiempo.
Pero las leyes no siguen esta evolución de manera natural. Mientras más explícita es una norma, mientras más estricta sea la obligación de su cumplimiento o más duros los castigos por su incumplimiento, más difícil será que sufra cambios, y éstos serán más lentos. Cuánto menos se recuerde de los motivos que llevaron a hacer las cosas de determinada manera, menos dispuesta estará una comunidad a cambiarlos. Y, por supuesto, siempre hay grupos interesados en que las cosas sigan como están... sobre todo cuando esas leyes les otorgan privilegios.

El caso de los tabúes y las normas morales basados en la fe es especialmente resistente al cambio, porque, aunque inicialmente respondieran a alguna necesidad, su aceptación y persistencia se basan en la aseveración de que son cosas que agradan o desagradan a Dios, los Espíritus, los Ancestros, o cualquier otra entidad reverenciada. Y se explican por el más simple de los razonamientos circulares. No debemos hacer tal cosa porque es algo malo. ¿Y por qué es algo malo? Porque a los Dioses no les gusta ¿Y por qué a los Dioses no les gusta? Porque es malo. O a la inversa, debemos seguir las normas porque los Dioses nos favorecerán si lo hacemos. Y al que le pasa algo malo... bien, los Dioses no lo habrán encontrado digno de sus favores. Algo habrá hecho (o habrá dejado de hacer), cuando ha sido castigado.

Aún peor es cuando estas leyes y tabúes, frutos de su contexto, son extendidas más allá de las situaciones específicas que pretendían regular, para ser usadas como justificación de comportamientos que aquellos que pusieron por escrito una norma ancestral que quizá ni siquiera ellos comprendían ya del todo, jamás soñaron que pudieran existir. En estas condiciones, seguir las leyes al pie de la letra, sin saber cuál es el motivo por el que fueron promulgadas, puede llevarnos a tomar decisiones o realizar acciones que están en contra del espíritu profundo de esa misma ley.

Los pueblos paganos de la antigüedad acataban muchas reglas y tradiciones que nosotros, desde nuestra perspectiva, aún debemos esforzarnos por entender, y muchas de ellas sin duda no tendrán cabida en el mundo moderno. Estudiarlas antes de adoptarlas ciegamente, aprender a distinguir las que sí son válidas para nuesta vida actual, es la mejor forma que tenemos de mantener su espiritualidad presente entre nosotros.