Aquí. Ahora. En este preciso instante. Donde el futuro se transforma en pasado. Sin recuerdos, sin expectativas. Sólo un segundo, que define lo que sientes, lo que eres. El presente es tan efímero como ilimitado. Sin principio ni fin. Sin barreras.
Vive este momento. Éste, y no ningún otro. No el que ha de venir, ni el que ha dejado la huella de su paso. Justo éste.
El tiempo no tiene sentido, pues todo lo que vivimos es sólo el intervalo, inabarcable, en el que lo que será se convierte en lo que fue. No tiene sentido aferrar cada grano de arena que se desliza por el cuello del reloj. Sólo dejarlo caer, dejarlo fluir. Ser consciente de su existencia, de su unicidad, de su irrepetibilidad.
Mira a tu alrededor, justamente ahora. Nunca volverás a vivir este preciso instante. Es abrumador, es alarmante, pero también es maravilloso.
Vive este segundo, vive este momento. Sé consciente, vívidamente consciente, del tiempo que normalmente no percibes. Disfruta su plenitud, y asume su pérdida.
Estás vivo, eres un ente individual único e irrepetible, una combinación de casualidades y causalidades que nunca volverá a producirse.
Eres tú.
Aquí y ahora.
¿Lo sientes?
Pues no lo olvides.
lunes, 15 de septiembre de 2008
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