lunes, 24 de diciembre de 2007

Familias y fiestas

Vivimos en un país de tradición católica, lo que implica que la mayoría de los españoles hemos sido bautizados y procedemos de familias que, si bien pueden no adscribirse a las normas de la Iglesia Católica, tienen al menos unas creencias basadas en el cristianismo.
Incluso dejando eso a un lado, nuestra cultura, nuestra historia, y, por qué no decirlo, el bombardeo publicitario del que somos objeto, hacen que las fechas navideñas tengan una importante carga emocional para las familias.

Desde los ancianos fervientemente ateos que son felices reuniendo a todos sus hijos y nietos para cenar, hasta las familias que montan un portal de Belén y ponen regalos bajo el árbol mientras los niños son pequeños y que tan pronto son mayores sólo se reúnen para tomar las uvas el 31 y salir después cada uno a su respectiva fiesta, hay muchísimos ejemplos de gente que no encuentra un significado religioso a la navidad, pero sigue la costumbre de realizar en estas fechas encuentros familiares.

Esto provoca todo tipo de reacciones: los hay los que lo toman con un entusiasmo rayano en la histeria, y los hay que entran en un bajón anímico rayano en la depresión.

Sea como sea, es una vez al año, y hay que pasarlo, con paciencia, con resignación, con buen ánimo... o rascando una botella de anís con un tenedor. Nuestras creencias no nos impiden respetar las de los demás, y mucho menos celebrar una ocasión festiva en compañía de nuestra familia.

Yo, de momento, no volveré a estar disponible hasta dentro de una semana. Hasta entonces... felices fiestas, y que os sea leve. ;)

viernes, 21 de diciembre de 2007

[En otras palabras] Jardín de invierno

¡Feliz Yule a todos! Que el Sol os sonría en el nuevo amanecer...

JARDÍN DE INVIERNO

Llega el invierno. Espléndido dictado
me dan las lentas hojas
vestidas de silencio y amarillo.

Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.

Creció el rumor del mundo en el follaje,
ardió después el trigo constelado
por flores rojas como quemaduras,
luego llegó el otoño a establecer
la escritura del vino:
todo pasó, fue cielo pasajero
la copa del estío,
y se apagó la nube navegante.

Yo esperé en el balcón tan enlutado,
como ayer con las yedras de mi infancia,
que la tierra extendiera
sus alas en mi amor deshabitado.

Yo supe que la rosa caería
y el hueso del durazno transitorio
volvería a dormir y a germinar:
y me embriagué con la copa del aire
hasta que todo el mar se hizo nocturno
y el arrebol se convirtió en ceniza.

La tierra vive ahora
tranquilizando su interrogatorio,
extendida la piel de su silencio.

Yo vuelvo a ser ahora
el taciturno que llegó de lejos
envuelto en lluvia fría y en campanas:
debo a la muerte pura de la tierra
la voluntad de mis germinaciones.

Pablo Neruda

martes, 18 de diciembre de 2007

[Técnicas] Respiración abdominal profunda

Los pequeños detalles pueden ser muy importantes. A veces, de un pequeño cambio, que apenas conlleva un poco de esfuerzo y de práctica, puede obtenerse un provecho considerable. La propia respiración es una de ésas cosas en las que no se suele pensar; nos limitamos a inspirar y espirar automáticamente, sin pensar que la manera en que tomamos aire está estrechamente relacionada con el nivel de activación de nuestro cuerpo. Cuando estamos nerviosos, o simplemente inquietos, respiramos más deprisa sin darnos cuenta, y eso produce una hiperventilación que va a acelerar los latidos de nuestro corazón y a causarnos sensación de ahogo, incrementando así nuestro nerviosismo. Evidentemente, hay mil maneras de calmar los nervios, pero ¿por qué no empezar por la más sencilla?

La respiración abdominal profunda o respiración natural consiste en llenar completamente los pulmones, algo que muy pocas personas hacen. Solemos respirar superficialmente, utilizando sólo parte de nuestra capacidad pulmonar. Es una mala costumbre que hemos adquirido, esto de respirar deprisa y sin aprovechar todas nuestras facultades, un poco como nuestra manera de vivir. Si observamos a un bebé, veremos que respira hinchando el abdomen. Así que no tenemos más que volver a acostumbrar a nuestro cuerpo a respirar de la manera que ha olvidado, y, con suficiente práctica, puede volver a convertirse en nuestra respiración habitual. Pero, aunque no llegues a ese punto, conocer la respiración abdominal profunda puede ser muy útil en circunstancias concretas: un momento puntual de nerviosismo (antes de un examen, entrando un lugar desconocido, …), al enfrentarnos a algo que nos da miedo (por ejemplo al tener que hablar en público, o estar en un lugar pequeño y cerrado), o simplemente cuando nos sentimos inquietos sin saber bien por qué. También es una forma estupenda de centrarse antes de celebrar un ritual, o de conectarse con la tierra, a través de ese cambio de ritmo que nos coloca en un compás diferente, ayudándonos a entrar en el estado de ánimo especial que necesitamos.

Aprender es muy sencillo, sólo requiere un poco de paciencia, y atención. Para empezar, conviene que estemos de por sí en un entorno tranquilo, sentados o tumbados cómodamente, sin ruidos bruscos y sin que nos interrumpan (No aprenderías a dibujar en un autobús traqueteante que haga que te tiemblen las manos, ¿verdad? sin embargo, con suficiente práctica, podrías llegar a trazar líneas rectas aunque todo a tu alrededor se mueva. Esto es igual. Para aprender es mejor estar ya en un estado relajado, pero a la larga, podrás utilizar esta técnica de respiración en medio de las situaciones más estresantes). Una vez te encuentres cómodo y tranquilo, coloca una mano sobre el abdomen. Esto te servirá de guía, ya que mientras estés practicando tienes que notar cómo, al inspirar, la mano se eleva, es decir, sentir cómo se hincha el abdomen al llenarse de aire.

Inspira lentamente, contando hasta cinco, procurando llevar el aire hacia el abdomen. Después retén el aire, contando otra vez hasta cinco, y suéltalo despacio por la boca, nuevamente contando hasta cinco, y deja vacíos los pulmones mientras vuelves a contar hasta cinco antes de tomar aire de nuevo. Repítelo varias veces, y luego descansa un momento, pero sin dejar de ser consciente del ritmo de tu respiración. Después vuelve a practicar el ejercicio unas cuantas veces más.

Por supuesto, este es el ejercicio-tipo. Progresivamente, irás aumentando las veces que lo repites o el tiempo que retienes el aire. Procura no sobrepasar tus límites, quizá retener la respiración o expulsar el aire durante el tiempo que te lleva contar hasta cinco te haga hiperventilar, o al contrario te quedes sin aliento. Encuentra tu propio ritmo, lo importante es que la toma de aire y su exhalación sean naturales, aunque pausadas. Con el tiempo podrás respirar más lentamente y no tendrás que monitorizarlo a cada paso. Procura igualmente no tensar los músculos del abdomen, el movimiento debe producirse como consecuencia de la respiración, al hincharse los pulmones, no forzarse.

Puedes practicar la respiración abdominal profunda durante todo el tiempo que desees, puedes acostumbrarte a volver a respirar habitualmente de esa manera, o puedes emplearlo como técnica de relajación en momentos específicos. Para lograr esto último, debes practicar también cuando te sea posible, no sólo en un entorno relajado. Prueba a hacerlo en el autobús o el metro, en el trabajo, cuando tengas que hacer cola en algún sitio… en cualquier situación. Así podrás convertirlo en una costumbre y controlar tu respiración en situaciones de nervios o estrés, tanto para reducir los signos físicos de activación (taquicardia, sudoración, hiperventilación) como para, concentrándote en ella, preocuparte menos por lo que te rodea. De la misma manera, puedes emplear el cambio de respiración en momentos en que quieras concentrarte, meditar, o conectarte a tierra, como desencadenante o ayuda de ese cambio de mentalidad y estado de ánimo.

viernes, 14 de diciembre de 2007

[En otras palabras] Biografía

La mayor parte de las veces cuando pensamos en nuestra vida la vemos sólo como tiempo, como una sucesión de hechos. Tratemos, por un momento, de disfrutarla simplemente por ser lo que es.

BIOGRAFÍA

La vida que murmura. La vida abierta.
La vida sonriente y siempre inquieta.
La vida que huye volviendo la cabeza,
tentadora o quizá, sólo niña traviesa.
La vida sin más. La vida ciega
que quiere ser vivida sin mayores consecuencias,
sin hacer aspavientos, sin históricas histerias,
sin dolores trascendentes ni alegrías triunfales,
ligera, sólo ligera, sencillamente bella
o lo que así solemos llamar en la tierra.

Gabriel Celaya

miércoles, 12 de diciembre de 2007

[Arte] Il Dono

Giorgia Fiorio es una prestigiosa fotógrafa italiana nacida en 1967. Ha viajado por medio mundo tomando fotos, exponiéndolas posteriormente con gran éxito, y también ha publicado en algunos de los periódicos y revistas más importantes de varios países europeos, EEUU y Japón.

Una de sus series, expuesta bajo el nombre genérico de “Il Dono” (“El Don”), refleja la riqueza de la espiritualidad mundial, con fotografías de ritos y prácticas de muy diferentes religiones, desde el shintoísmo al candomblé. Etiopía, Tailandia, Turquía, Perú, Brasil… cada fotografía nos descubre un mundo asombroso y mágico, que invita al conocimiento y al respeto.

Os enlazo la sección de su página donde podréis ver las fotografías directamente. Sobre ellas está el enlace para ver los textos. He preferido poner la versión en inglés, por aquello de ser un idioma más extendido, pero si alguien se defiende con el italiano, la página también está disponible en ese idioma.

Disfrutad de la belleza y el delirio de la fe:

Il Dono, de Giorgia Fiorio

lunes, 10 de diciembre de 2007

[Libros] La Biblia de los Cristales



Título:
La Biblia de los cristales
Autor: Judy Hall
Tema: Minerales
Editorial: Gaia Ediciones
Páginas: 400




¿Puede un libro ser bueno y malo al mismo tiempo? Yo creía que no, hasta que tropecé con éste. Me despierta unas impresiones absolutamente contradictorias, que me cuesta mucho definir, así que simplemente os diré lo que me gustó y lo que no me gustó del libro.

En la parte positiva:

  • Descripciones pormenorizadas de cada tipo de cristal, con sus variantes, colores, localización, posibilidades de conseguirlo y curiosidades.
  • Estupendas fotos de cada piedra, algunas incluso con foto de cada color o forma en que se puede encontrar.
  • No está centrado únicamente en la cristaloterapia, sino que también alude a significados simbólicos y culturales, con explicaciones de los posibles usos de cada piedra en diferentes ámbitos, creencias y/o terapias.
  • Introducción con explicaciones sobre la formación de estructuras cristalinas, y anexo con información sobre formas cristalinas naturales, sus significados y usos.
  • Guía rápida de consulta y glosario de términos.

En la parte negativa:

  • Ante todo, el batiburrillo incoherente de información, en una especie de “todo vale” que mezcla sin distinciones chakras, ángeles, auras, vidas pasadas, misteriosos e infundados peligros de las ondas electromagnéticas, líneas telúricas, almas gemelas, archivos akáshicos… y en general toda la mezcolanza new age habitual, sin faltar alusiones a la Atlántida y Lemuria. Hace falta tener las ideas muy claras y mucha paciencia para separar el grano de la paja.
  • El empeño en tratar la cristaloterapia como una panacea, sin hacer ninguna alusión a que debe consultarse a un médico. Lo único que dicen (y sólo en la página de los datos del libro, a modo de disclaimer) es que antes de realizar uno mismo las terapias debe “consultar a un experto cualificado, especialmente en el área de los cristales” (la negrita es mía) sin nombrar lo importante que es acudir a un médico titulado y no abandonar los tratamientos científicos cuando se tiene una enfermedad. Esa ausencia puede tener consecuencias espantosas para algunas personas (que se crean lo que pone un libro cualquiera en lugar de razonar por sí mismos no les hace merecedores de padecer dolor o enfermedades prolongadas).
  • El horrible y desquiciante (des)orden alfabético, que nadie se molestó en traducir del inglés, con lo que, por ejemplo, encontramos el cuarzo en el lugar en que iría por la Q inicial en inglés y no por la C que le corresponde en español.
  • El (patético) ritual para “invocar amor” que ponen al final, que está totalmente de más en una obra de estas características. Una explicación de cómo pueden usarse los cristales en rituales o un ritual-tipo con los pasos señalados hubiera sido mucho más adecuado para una obra que pretende ser seria.

Como conclusión:

Este libro puede ser muy útil para gente a la que le interesen las aplicaciones de los cristales y ya tenga unas ideas muy asentadas sobre qué es lo que está buscando, un criterio razonable, y una mentalidad lógica capaz de descartar las incoherencias. Totalmente contraindicado para personas crédulas y/o que busquen esperanzas para problemas graves de salud.

Y como la autora no se ha tomado la molestia de aclararlo, lo digo yo: ¡Ante una enfermedad consultad siempre a un médico! Recordad que las terapias alternativas pueden ser una ayuda, pero nunca un sustituto de la medicina científica.

viernes, 7 de diciembre de 2007

[En otras palabras] Introducción a los sueños

Hay quien lleva en el corazón un sueño y lo prende en palabras para regalarlo a los demás. Hay quien lleva en un sueño toda la luz y toda la oscuridad del mundo, y nos ilumina o nos da sombra cuando lo necesitamos. Hay quien simplemente soñando hace nuestra vida más hermosa.

INTRODUCCIÓN A LOS SUEÑOS

Leyendo un claro día
mis bien amados versos,
he visto en el profundo
espejo de mis sueños

que una verdad divina
temblando está de miedo,
y es una flor que quiere
echar su aroma al viento.

El alma del poeta
se orienta hacia el misterio.
Sólo el poeta puede
mirar lo que está lejos
dentro del alma, en turbio
y mago sol envuelto.

En esas galerías,
sin fondo, del recuerdo,
donde las pobres gentes
colgaron cual trofeo

el traje de una fiesta
apolillado y viejo,
allí el poeta sabe
el laborar eterno
mirar de las doradas
abejas de los sueños.

Poetas, con el alma
atenta al hondo cielo,
en la cruel batalla
o en el tranquilo huerto,

la nueva miel labramos
con los dolores viejos,
la veste blanca y pura
pacientemente hacemos,
y bajo el sol bruñimos
el fuerte arnés de hierro.

El alma que no sueña,
el enemigo espejo,
proyecta nuestra imagen
con un perfil grotesco.

Sentimos una ola
de sangre, en nuestro pecho,
que pasa... y sonreímos,
y a laborar volvemos.

Antonio Machado

jueves, 6 de diciembre de 2007

Invierno

El invierno invita a reflexionar. Debería ser la época del año para sentarse a descansar, a recobrar fuerzas, a reponernos del ajetreo y la actividad. La época ideal para la instrospección y la meditación, pero no sólo para analizar, sino también para imaginar y divagar, hacer planes y proyectos que podamos, en su momento, poner en práctica.

Y en lugar de eso, nos volvemos locos, sumergiéndonos en un ajetreo incesante que no nos deja ni un minuto para nosotros.
Nos encerramos en enormes centros comerciales tropezándonos unos con otros, compitiendo por comprar cosas que no sabemos si queremos, vamos del coche a casa y de casa al coche con la calefacción a tope, sin permitirnos mirar por la ventana. Iluminamos las calles con centenares de bombillas que no nos dejan ver las ramas desnudas de los árboles, enfrentándose, ellos sí, al invierno y al frío del que nosotros huimos.

El invierno es una estación tan hermosa como las otras, que nos trae su propia energía, la energía latente que duerme bajo la tierra, con la fuerza de la vida que la hará surgir en unos meses buscando el sol. Pero la gente hace falsos propósitos de año nuevo, diciendo tópicos, repitiendo los del año anterior, sabiendo que nunca van a cumplirlos, sin haber pensado qué es lo que realmente desean, lo que realmente necesitan cambiar.

Tratemos de quedarnos solos aunque sólo sea un rato. Reflexionemos y seamos sinceros con nosotros mismos, descubriéndonos nuestras verdaderas carencias, y pensemos en qué queremos, que debemos hacer para conseguirlo, qué es eso que nos impide avanzar y debemos apartar de nuestra vida aunque hacerlo sea incómodo o difícil…
Y luego podremos asomarnos a la ventana o dar un largo paseo, sentir el aire en el rostro, y mirar a los árboles, las ramas sin hojas debajo de las lucecitas, para aprender de ellos a aceptar el frío para poder apreciar el sol que, a su tiempo, nos hará despertar.

lunes, 3 de diciembre de 2007

[Mitología] Zeitgeist o cómo hacer a mitos y símbolos darte la razón

Zeitgeist es una película dividida en tres partes. Yo no he podido (o no he querido) pasar de la primera. Porque ya he visto suficiente sobre lo que pretenden conseguir, y no me agrada. Enseñar a la gente a pensar no es sacarles una idea de la cabeza porque la consideras errónea para meterles después la tuya. Hacer decir a los mitos lo que tú quieres que digan es algo habitual, pero no por ello es más cierta tu teoría que la de cualquier otro. Hablé de algo similar aquí. Y de esa primera parte voy a hablar ahora.

Quizá lo hayáis visto: Tiene la pretensión de ser un documental que abra los ojos y remueva las conciencias, despertando a los crédulos. Comienza devanando una larga sarta de parecidos entre múltiples Dioses solares de diferentes panteones y termina diciendo que el cristianismo es una mentira creada para manipular las mentes.
Zeitgeist peca exactamente de lo mismo que pretende criticar.

Es un peligro acercarte a la historia, a las creencias, a la mitología y a la simbología, con anteojeras: buscando aquello que cuadra con lo que deseas encontrar y descartando el resto. Ya lo he dicho antes: la forma de entender las historias dice mucho de aquél que las lee.

Sólo en los primeros cinco minutos del video hay varios errores en mitología clásica. Y la cosa empeora, acabando por buscar explicaciones complejísimas a textos y símbolos que pueden explicarse igualmente con otra docena de teorías, la mayoría menos rebuscadas.

Parte de una idea que a cualquier persona con una formación básica en la mitología y el paganismo (y se supone que la inmensa mayoría de los paganos hemos dedicado tiempo a aprender sobre ello) le es muy familiar: el sincretismo religioso entre diferentes culturas de la Antigüedad. Pero en su empeño de convencer a toda costa, abruman con datos malinterpretados o incluso completamente erróneos, tratando de saturar al espectador con unas semejanzas que no son tan portentosas como las pintan. Porque las semejanzas reales son más de fondo que de forma, y se aprecian en un repaso superficial a la mitología. Cuentan como verídicas incluso las interpretaciones más subjetivas, vendiendo como hechos comprobados lo que no son más que suposiciones minoritarias Queriendo persuadir e impresionar con nombres y detalles, consiguen lo contrario a lo que pretendían: quitarse razón.

Pero ya comentaremos más en detalle en una próxima ocasión: Vedlo por vosotros mismos, prestad atención y fijáos tanto en lo que dice como en lo que quiere decir.

Zeitgeist, parte 1, con subtítulos en español: