lunes, 20 de octubre de 2008

Castillos en el aire

Las cosas son como son, y no como deseamos que sean.

Podemos aceptarlo, o podemos luchar por cambiarlas. Pero lo realmente importante es apreciar las circunstancias en su justa medida.

Porque si no entendemos lo que nos rodea, o, peor aún, nos negamos a verlo, si cerramos los ojos y tratamos de convencernos de que las personas y los sucesos encajan en aquello que nosotros deseamos... sólo estamos construyendo castillos en el aire. Y los castillos en el aire pueden durar un tiempo y deslumbrarnos con su resplandor, pero, a la larga, no son más que humo, sobre el que no se puede construir nada real.

Con un sueño, se puede edificar un futuro. Sobre un sueño, sólo se puede tejer aire.

Imaginando y urdiendo una realidad ilusoria nunca tendrás nada cierto, nada sólido. Pero con los pies asentados en la tierra puedes levantar las más altas torres. 

3 comentarios:

Juan A. dijo...

Sabias y hermosas palabras. Ojalá estuvieran impresas en nuestro corazón y en nuestra voluntad como lo están en nuestra mente.

Un beso.

Céfiro dijo...

A veces la tierra quema los pies de los que la pisan con toda la fuerza de la realidad. Los filosofismos oníricos ayudan a refrescar el ambiente y a despejar la niebla que te impedía asomarte al futuro.

Salud

Sibila dijo...

Ojalá, Juan Antonio... pero por el momento, lo único que queda es la esperanza de que, cuando los castillos se evaporen en humo, haya bajo ellos bases suficientes para que la caída no sea grave.

Céfiro... con un poco de suerte, la niebla terminará pronto de disiparse. ;)