domingo, 24 de junio de 2007

[Yo y mis circunstancias] Paréntesis

Demasiadas cosas por hacer y tan poco tiempo...

Voy a emplear las energías del Solsticio para terminar proyectos a medias, cerrar las cuentas pendientes y hacer caja.

Eso significa que me perderé una corta temporada. Volveré a partir del 1 de Julio. Hasta entonces, buena suerte a todos, y muchas gracias por esperarme.

viernes, 22 de junio de 2007

[En otras palabras] Danza de San Juan

Sí, ya sé que San Juan no es más que la cristianización de la fiesta del Solsticio de Verano. Sin embargo, poco ha cambiado su simbología, y esta canción me parece que, referencias religiosas aparte, refleja muy bien el espíritu de la fiesta.

¡Feliz Solsticio a todos!


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DANZA DE SAN JUAN

Ardiendo está la hoguera un año más,
la Danza Prima ya vuelve a sonar.
Señor San Juan, la fiesta va a empezar.
Señor San Juan, salgamos a bailar.

Si bebo me entran ganas de llorar,
si no, al fin de la noche lloro igual.
Señor San Juan, la fiesta va a empezar.
Señor San Juan, salgamos a bailar.

A ti el trabajo no te ha de faltar,
el nuestro no sé cuánto va a durar.
Señor San Juan, la fiesta va a empezar.
Señor San Juan, salgamos a bailar.

No sé si para bien o para mal,
como eres de madera no hablarás.
Señor San Juan, la fiesta va a empezar.
Señor San Juan, salgamos a bailar.

No sé si tú podrías escuchar
a un tipo que jamás te va a rezar…
Señor San Juan, ayúdame a buscar.
Señor San Juan, ¡qué ganas de pecar!

Cuando no quede nada por cantar
el cuco por nosotros seguirá.
Señor San Juan, la fiesta va a empezar.
Señor San Juan, salgamos a bailar.

Si al fuego con mis huesos voy a dar,
quemarme en la foguera de San Juan.
Señor San Juan, la fiesta va a empezar.
Señor San Juan, salgamos a bailar.

No sé si tú podrías escuchar
a un tipo que jamás te va a rezar…
Señor San Juan, ayúdame a buscar.
Señor San Juan, ¡qué ganas de pecar!

Ardiendo está la hoguera un año más,
la Danza Prima ya vuelve a sonar.
Señor San Juan, la fiesta va a empezar.
Señor San Juan, salgamos a bailar.

Señor San Juan, la fiesta va a empezar.
Señor San Juan, salgamos a bailar.

Víctor Manuel

jueves, 21 de junio de 2007

Mejor solo que mal acompañado

En sus comienzos, la práctica de la wicca tenía un carácter totalmente grupal. Para ser wiccano gardneriano (y dado que Gardner fue quien le dio forma a la wicca como tal, en aquellos momentos era la única posibilidad) tenías que ser iniciado en un coven formal, según un rito determinado. Tu práctica religiosa quedaba ligada a ese coven, dado que los ritos que aparecen en el corpus gardneriano son todos grupales.

Posteriormente, y debido a la flexibilidad que le otorga la inexistencia de dogmas, el desarrollo, expansión y transformación de la wicca hizo que surgieran otras corrientes, y cuando empezó a darse a conocer, otra gente sintió una afinidad natural con eso que acababan de descubrir, y, llevados por el impulso de aprender más y dedicarse a los Dioses, comprendieron que no hay nada que impida a una persona por sí misma iniciar un camino espiritual, sin necesidad de que nadie le vaya marcando los pasos.

Estos dos modelos siguen vigentes en la actualidad. Hay wiccanos que han aprendido todo lo que saben en un coven o grupo de estudio, y los hay que nunca han podido o querido conocer a otros wiccanos. Y varias posiciones intermedias, todas igual de acertadas, desde aprender en solitario y unirse a un grupo cuando ya se tiene una formación sólida, hasta iniciarse en un coven y abandonarlo para comenzar un camino en solitario.

¿Qué sistema es mejor? Pues el que encaje mejor con cada persona. Lo que para uno puede ser una convivencia armónica y gratificante dentro de un grupo, para otro puede ser un suplicio porque las normas o el enfoque de los demás no coincidan con su forma de ver las cosas.

Lo que debemos tener claro es que no por estar en un grupo somos más wiccanos. Muchas veces, la gente se junta sin más, por razones de disponibilidad temporal o geográfica, con otras personas a las que nada les une. O, lo que es peor, cede su individualidad para entrar en un grupo, pasando a hacer todo como ya lo tenían estructurado, limitándose a estar ahí e imitar a los demás. ¿De qué sirve eso? En lugar de avanzar, te estás limitando.
Los grupos también deben evolucionar, y lo hacen a través de las aportaciones de cada uno de sus miembros. Cada uno de ellos otorga al total una perspectiva diferente, dinámica, que va configurando el desarrollo de todos.

Es preferible la práctica en solitario a unirse a un grupo que está estancado, haciendo las cosas siempre de la misma manera porque “siempre se ha hecho así”, a uno en el que no encaje tu forma de ser, o a uno sometido a un líder cuyas palabras nadie puede contradecir.

Cuando elijas un grupo, hazlo por lo que te puede aportar, y por lo que tú puedes aportarles a ellos, no para estar rodeado de gente.
No siempre “más” significa “mejor”.

miércoles, 20 de junio de 2007

15 cosas totalmente prescindibles

  1. Una colección de talismanes de todas las religiones.
  2. Un pentáculo de dos palmos para colgarte del cuello.
  3. Kilos de joyería con “símbolos de poder”
  4. Ropa negra, recargada y sexy para ir de ritual, o simplemente por la calle, para que sepan que eres wiccano con sólo mirarte.
  5. Una corona de plata con decoración de lunas y un cinturón a juego.
  6. Un altar tallado con símbolos arcanos y apliques dorados y plateados.
  7. Una estatua de la Diosa de tamaño gigante para tu altar.
  8. Un athame para focalizar la energía, un bolline para cortar lo que sea necesario, un cuchillo pequeño para marcar las velas y una hoz dorada para cortar hierbas, todo especialmente consagrado.
  9. Velas en la gama cromática completa de Faber-Castell.
  10. Diez barajas de tarot, todas diferentes.
  11. Un kit completo de herramientas compradas a precio de oro en una tienda de internet que garantiza sus “propiedades místicas”.
  12. Un Libro de las Sombras heredado, perteneciente a tu familia desde tiempos inmemoriales.
  13. Un nombre mágico que empiece por Lord o Lady.
  14. Un maestro ultraespiritual que te enseñe los secretos de la vida.
  15. Un cursillo pagado y un certificado “oficial” de que eres wiccano.

martes, 19 de junio de 2007

Churras con merinas

Ya he nombrado con anterioridad las mezclas incoherentes que realizan muchos que se llaman a sí mismos wiccanos, amparándose en el eclecticismo, pero me gustaría centrarme en un aspecto más concreto. Algo que me preocupa, porque veo que es una tendencia en alza.

Es preciso que aprendamos a distinguir las técnicas de las creencias.

Si yo quiero relajarme, puedo emplear una serie de movimientos de Tai Chi, la técnica de tensar-destensar los músculos de Jacobson, controlar mi respiración, o utilizar visualizaciones de imágenes placenteras, entre otras muchas técnicas. El objetivo final es el mismo: relajarme.
Si yo deseo honrar a mis Dioses, puedo orar, encender una vela o un bastón de incienso, presentar una ofrenda simbólica, salir a la ventana a mirar las estrellas, o cualquier otra cosa que en ese momento se me ocurra. El objetivo final es el mismo: honrar a las divinidades.
¿Eso implica que la relajación es el Tai Chi, o que la wicca es mirar las estrellas? Por supuesto que no, parece más que evidente.

Pero, sin embargo, hay gente que controla su energía por medio de los chakras, hace visualización con espejos, invoca a su espíritu guardián para protegerse, echa el tarot o las runas, y otros cientos de prácticas, mágicas o religiosas. Y esa gente habla de estas cosas como si fueran una parte indisoluble de la wicca.
Pues no: Son sólo técnicas, herramientas, todas igual de válidas si la persona que las usa las ha estudiado a fondo, comprende exactamente lo que está haciendo, y sabe que lo importante no son los métodos sino el resultado. Pero nada más.

Las técnicas son intercambiables, los principios no. Confundiendo y mezclando unas con otros, no conseguimos más que rebajar nuestra religión al nivel de las supersticiones (“si no hago esto exactamente así, no funcionará, me saldrá mal, no conseguiré lo que quiero”). Y confundiremos también a las personas que estén empezando, que no entenderán por qué para una persona es de una importancia crucial que todas las velas del altar sean del mismo color, mientras que, para otra, eso es accesorio, pero nunca se iría a la cama sin trazar un círculo de protección en el dormitorio.

Dejemos las cosas claras, cada una en su lugar. Separemos nuestros gustos personales, nuestras costumbres y prácticas preferidas, de la auténtica médula de la wicca.

Recordad: Los Dioses y tú. Lo demás es útil, pero no esencial.

lunes, 18 de junio de 2007

[Yo y mis circunstancias] No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes

No estoy de humor.

A veces pasa que un pequeño detalle echa a rodar como una bola de nieve y, cuando te das cuenta, te ha desorganizado toda la vida.

De todo se pueden sacar leciones que aprender. De momento he aprendido hasta dónde hemos perdido de vista el auténtico valor de las cosas que, en nuestra moderna y cómoda vida, damos por sentadas.
Estamos tan acostumbrados a obtener las cosas sin esfuerzo que, cuando las perdemos, nos indignamos como si se hubiera cometido una gran injusticia con nosotros. Como si nos lo mereciéramos todo sólo por el mero hecho de ser quien somos.

En fin, todo esto es sólo para decir que se me ha roto la ducha, y estoy de un humor de perros.
Es posible que, hasta que no pueda solventar este pequeño problema, mis actualizaciones no sean tan frecuentes como acostumbro, y mi tono esté ligeramente alterado.

Espero que sepáis disculparme.

domingo, 17 de junio de 2007

El día más largo del año

A raíz de un comentario hace unos cuantos posts, he estado pensando en algo que se deriva, en parte de la comercialización y banalización de la espiritualidad, y, por otro, del vacío existencial que siente tanta gente en estos tiempos.

Se trata de la manía de que, cada año por la noche de San Juan, internet, la televisión, e incluso los periódicos, se llenan de “recomendaciones” de “hechizos” o “rituales” para hacer en esa noche.

Imagino que los medios de comunicación tienen que rellenar espacio de alguna manera, y que es un artículo sencillo, porque basta con copiar casi exactamente el del año anterior. Imagino, también, que la mayoría de la gente no hace ni caso de estas cosas.
Sin embargo, hay personas que, por sistema, siguen esas “recomendaciones”, y queman hierbas, o papeles con deseos, o cualquiera de las múltiples cosas, totalmente desvirtuadas, que les aconsejan hacer. ¿Por qué?

¿Qué lleva a alguien a escribir un deseo y quemarlo en una hoguera, perteneciendo a una religión que considera la magia como algo maligno, o siendo incluso ateo? ¿Lo hacen para divertirse, porque todos los demás lo hacen, porque guardan la esperanza de que pueda llegar a funcionar?

Un ritual es mucho más que repetir unas palabras estereotipadas que alguien te dice o que has leído por ahí. Las palabras, los gestos, los objetos, no son más que elementos para focalizar la intención y la energía de la persona. ¿De qué le sirven, entonces, a alguien que no tiene ni idea de qué significan? La respuesta es fácil: No sirven de nada. Encender una vela no te servirá de nada, echar un papel al fuego no te servirá de nada.

La magia no es un juego, no es una diversión para una noche al año. Requiere estudio, voluntad, esfuerzo. Requiere muchas cosas que aquellos que se creen todo lo que dicen en internet, en la tele, en el periódico… no están preparados para afrontar.

viernes, 15 de junio de 2007

[En otras palabras] Hoy puede ser un gran día

A veces nos despertamos sin fuerzas, sin ánimos, sin ganas de nada. Sin embargo, ahí afuera, la Madre Naturaleza nos entrega cada mañana un millón de oportunidades.
No dejemos que la desidia nos ciegue, y aprovechémoslas. Atrevámonos a vivir.




HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA

Hoy puede ser un gran día,
plantéatelo así.
Aprovecharlo o que pase de largo,
depende en parte de tí.

Dale el día libre a la experiencia
para comenzar,
y recíbelo como si fuera
fiesta de guardar.

No consientas que se esfume,
asómate y consume la vida a granel.
Hoy puede ser un gran día,
duro con él.

Hoy puede ser un gran día
donde todo está por descubrir,
si lo empleas como el último
que te toca vivir.

Saca de paseo a tus instintos
y ventílalos al sol,
y no dosifiques los placeres,
si puedes, derróchalos.

Si la rutina te aplasta
dile que ya basta de mediocridad.
Hoy puede ser un gran día
date una oportunidad.

Hoy puede ser un gran día
imposible de recuperar,
un ejemplar único,
no lo dejes escapar.

Que todo cuanto te rodea
lo han puesto para tí.
No lo míres desde la ventana
y siéntate al festín.

Pelea por lo que quieres
y no desesperes si algo no anda bien,
Hoy puede ser un gran día,
¡y mañana también!

Joan Manuel Serrat

jueves, 14 de junio de 2007

Generación espontánea y verdades reveladas

Los textos, sea cual sea su forma, no se escriben solos.
En serio… os juro que todos tienen un autor. Y, además, ¿sabéis que? todos tienen un autor humano, porque ni las plantas, ni los animales, ni los espíritus elementales, han aprendido a coger un bolígrafo o a teclear en un ordenador.
Incluso en las obras que surgen esos impulsos irrefrenables de inspiración que en ocasiones sienten las personas que tienen un don para escribir o pintar, al final el resultado depende de la habilidad, las emociones y los significados simbólicos que el autor pone en juego en ese momento específico.

¿Entonces por qué tomamos un texto, escrito por una persona, y lo tratamos como si fuera una Verdad Absoluta?
Cuántas veces he visto a algún pagano burlarse de la ingenuidad de los creacionistas bíblicos, cuando él mismo repite al pie de la letra, como un loro, los versos mal traducidos de la primera versión de la Rede wicca que se aprendió. O a dos wiccanos debatir la preeminencia de la Diosa sobre el Dios basándose en un mito de la creación escrito en el siglo pasado, como si esa metáfora concreta (siendo como es un hermoso relato), tuviese alguna validez superior a la de cualquier otro mito sobre la creación del mundo que pudieran escribir los griegos, los egipcios, los celtas, o yo misma.

La wicca no tiene dogmas, ¿recordáis? Entonces, ¿por qué os empeñáis en tratar unos textos que la gran mayoría ni siquiera sabéis cómo y cuándo fueron escritos como si fueran algo intocable y una ley ineludible?

Paráos a leer la Rede (por favor, la versión completa, no la abreviada que es la que se copia por la red a diestro y siniestro), pero leedla bien, no de carrerilla. Podéis encontrar una magnífica traducción, con la simbología muy bien explicada aquí (introducción aquí), gracias a mi admirada Vaelia.
¿Os habéis fijado en cuántos de esos símbolos e ideas no os dicen nada? Es porque fue escrita en un momento concreto, por unas personas concretas, para un propósito concreto. Flaco favor le hacemos convirtiéndola en un dogma de fe, como si necesitáramos desesperadamente algo inalterable a lo que aferrarnos.

Cada texto que leemos, desde los malhadados recopilatorios de hechizos hasta la Carga de la Diosa, ha surgido de la mente de su autor con una intención concreta. No ha aparecido de la nada sin más, por generación espontánea e inspiración divina. Seamos conscientes de esto, y atrevámonos a crear nuestros propios textos cuando los que encontremos no reflejen nuestra realidad y nuestra creencia.

Escuchemos a la Naturaleza, pensemos con la cabeza, y seamos conscientes de nuestras responsabilidades. Sintamos qué es lo que somos y lo que queremos ser. Seamos nuestro propio guía. Dejemos que nuestro corazón sea nuestra Rede.

miércoles, 13 de junio de 2007

[Herramientas] Cáliz



El cáliz es una herramienta bastante desconocida. En las representaciones tradicionales de “brujas” no suele aparecer. Por este motivo, mucha gente tiende a relacionarlo con el cáliz de las misas católicas, cuando su simbología es totalmente diferente.

¿Qué es un cáliz?

El cáliz es una copa, de cualquier material, aunque se suele prefrir de cristal o metales plateados, por su asociación con la Diosa y, por tanto, con la luna. Puede estar decorado o no.

¿Para qué sirve un cáliz?

Se usa, como es evidente, para contener líquido. Sirve tanto para usos simbólicos (representar a la Diosa, hacer ofrendas, adivinación por el método de escudriñar), como para beber y compartir la bebida entre los participantes del ritual.

¿Cómo debe ser un cáliz?

Elígelo a tu gusto: alto, bajo, ancho, estrecho, sencillo, adornado, grande como para que pueda beber un coven entero o pequeño donde quepa sólo un sorbo. Busca en diferentes lugares hasta que encuentres uno que “te llame” especialmente. Es muy difícil que una persona normal tenga habilidad para tallar madera o fundir metal como para hacerse su propio cáliz, pero una vez comprado podemos decorarlo, tallando el cristal o metal con una punta de diamante (de las de manualidades), haciendo algún dibujo, inscribiendo nuestro nombre mágico, o algún símbolo que nos parezca relevante. Si no tenemos mucha maña, podemos hacerlo en el interior del pie del cáliz, para que esté personalizado, pero no quede a la vista.

¿Qué simbología tiene el cáliz?

Históricamente, el cáliz simboliza los sentimientos, las emociones, la limpieza, el cambio y el renacimiento… está relacionado con el elemento agua, y también es un símbolo femenino. Representa el vientre de la Diosa, al igual que el caldero.

He de añadir nuevamente lo que ya dije con respecto a la varita:
Como cualquier otro objeto, la simbología del cáliz depende mucho de la persona. Lo que debes de preguntarte es: ¿qué significa para mí el cáliz? Aunque hayas visto muchas veces que se asocia con tal y cual cosa, si a ti esa relación no te dice nada, o, aún más, te resulta chocante, déjala a un lado, y emplea los simbolismos con los que te sientas más cómodo.

¿Qué puede sustituir al cáliz?

Cualquier recipiente puede sustituir al cáliz, desde el hueco de la mano a un vaso de plástico. Y si no hay, pues se bebe de la botella. ;)
Para usos rituales, en ausencia de cáliz suele emplearse el caldero.

Recordemos una vez más que ninguna herramienta es indispensable, podemos realizar cualquier ritual o hechizo sin la ayuda de ningún objeto.

martes, 12 de junio de 2007

[Mitología] Misterios Eleusinos



Siempre me han fascinado los antiguos Misterios. No, no estoy hablando de secretos herméticos, esotéricos y arcanos, sino de los cultos mistéricos de la antigüedad.
Habían varios diferentes, inspirados en distintos mitos y dedicados a distintos Dioses, pero todos tenían algo en común: una iniciación ritual en la que el aspirante tenía acceso a una revelación que cambiaba su vida para siempre.

En Eleusis tenían lugar los Misterios más importantes de la antigua Grecia, los Misterios Mayores de Démeter y Perséfone. Para participar en ellos sólo se requería que el aspirante fuese adulto, hablase griego, y no tuviera un delito de sangre sin expiar. No eran una secta cerrada, ni exigían nada de sus participantes. Una vez realizada la iniciación, volvían a sus lugares de origen y no volvían a encontrarse. Pero llevaban con ellos una nueva visión. Y así les llamaban: Epóptai, los que han visto.

La historia de los misterios es larga (existen fuentes que registran su existencia desde el siglo VII a.C. hasta el 394 d.C.), y fructífera. Cientos de personas acudían en masa a Eleusis cada año para participar en los Misterios. Sabemos mucho sobre lo que sucedía fuera del templo (la procesión, los sacrificios, la bebida compuesta de agua, cebada y poleo-menta, llamada kykeon, que tomaban…), pero prácticamente nada de lo que ocurría en la ceremonia propiamente dicha. Divulgar los Misterios o parodiarlos estaba castigado por la ley, tal era la importancia que les concedían los griegos.

Pero llegó el día en que fueron prohibidos, y posteriormente olvidados, y ese mismo secreto, que tan importante era para el ritual, impide que nosotros, desde nuestra época, podamos conocer en qué consistía tan importante fenómeno, capaz de estremecer y transformar a cuántos lo vivían.

Sólo podemos preguntarnos qué sentiríamos su pudiéramos tener la oportunidad de vivir algo así: cuántos de nosotros seríamos capaces de enfrentarnos a una experiencia que sabemos que nos cambiará para siempre.

Imagen: Démeter, Triptólemo y Perséfone, Gran relieve de Eleusis (Finales del S. V a.C. Museo de Eleusis, Grecia)

Fuentes y más información en:


Wikipedia
Liceus
Dearqueología.com, 1 y 2

lunes, 11 de junio de 2007

Dones

De entre las muchas cosas que me exasperan de las preguntas tontas que hacen los que no tienen ni idea de lo que significa el paganismo, hay una especialmente ridícula. Toma diferentes formas: a veces preguntan cómo deben hacer para saber cuál es su don, a veces dicen que tienen un don y que por eso son wiccanos, e incluso, una vez en concreto, leí una pregunta que decía “me han dicho que las brujas reciben su don a los 16 años, qué hago para recibir el mío”.

Todo este tipo de chorradas dejan claras tres cosas de la persona que pregunta:

1- Que ha visto demasiada tele (preferiblemente series como Embrujadas, Sabrina o Buffy Cazavampiros)
2- Que no tiene las neuronas suficientes para distinguir la ficción de la realidad.
3- Que quiere sentirse superior a los demás.

No, señores, no. Los dones no son cosa de brujas. Todo el mundo tiene al menos uno, y normalmente más. Hay quien sabe dibujar extraordinariamente bien, quien ha nacido con una maravillosa voz, quien tiene una memoria prodigiosa, una habilidad inusitada para inventar historias, una gracia natural para el baile, un talento para comprender cómo funcionan las máquinas… Todos nacemos con nuestros dones, y de nosotros dependerá desarrollarlos o dejarlos que se desperdicien. No hay unos dones mejores que otros. Tampoco hay dones “especiales”, sólo hay personas que tienen una sensibilidad acentuada para determinadas cosas: gente que sabe escuchar y consiguen que todos les abran su corazón, que te hacen sentir bien cuando te abrazan o te tocan, que pueden percibir las emociones de los demás y compartirlas, que ven cosas que a la mayoría de la gente le pasan desapercibidas… y también dependerá ellos cómo desplieguen o ignoren esas habilidades.

Al igual que hay personas que, llevadas por su don para el dibujo se hacen artistas, o que llevadas por su don para escuchar a los demás se hacen psicólogos, hay algunas personas que, intrigadas por sus dones, acaban planteándose practicar la magia. Y algunos realmente estudian en serio, y se esfuerzan, y lo hacen. Y algunos de ellos, en el proceso, conocen acerca del paganismo, éste les llama y acaban siendo paganos, wiccanos o no. Otros, simplemente, practican la magia dentro de su religión (o su ateísmo).
Pero hay muchos albañiles que dibujan de maravilla, y personas con un don para escuchar que trabajan como oficinistas. Y no todos los “brujos” tienen dones que la gente consideraría “espirituales”.

Y, recordemos una vez más, que la wicca es una religión basada en la adoración a los Dioses, el respeto a la naturaleza y las responsabilidad por nuestros actos. No es ningún tipo de magia, ni forma de vida basada en la magia, ni nada fundamentalmente mágico. Entre los wiccanos hay gente que practica la magia y gente que no. Y hay maravillosos dibujantes, grandes cantantes, fantásticos narradores, magníficos bailarines, geniales mecánicos, excelentes masajistas, fenomenales psicólogos, estupendos estudiantes… hay exactamente el mismo tipo de gente que en cualquier otra religión. Personas. Todas diferentes y todas únicas.

No somos ni mejores ni peores que nadie, no tenemos nada “sobrenatural”. No hemos sido elegidos ni somos “especiales”. Somos gente normal. Y como toda la gente normal, tenemos nuestros dones y elegimos cómo utilizarlos.

domingo, 10 de junio de 2007

Desaprender

Aprender significa estar siempre cambiando. Cada nueva experiencia, cada nueva lección que añadimos a nuestro conocimiento, implica una transformación. A veces, descubrimos cosas que contradicen otras cosas que ya creíamos saber. En ese momento, la solución no es rechazarlas porque nos hagan sentir incómodos, pero tampoco aceptarlas sólo porque sean nuevas. Debemos reflexionar, cotejar lo que sabemos con lo que hemos descubierto, examinar nuestras creencias, verificar la información, investigar y experimentar, hasta cerciorarnos de qué es lo cierto, o bien, cuando se trate de creencias, en las que no hay una verdad absoluta, qué es lo que es más adecuado para nosotros.

El conocimiento, el aprendizaje, no consiste en buscar “el libro definitivo de la wicca” y aprendértelo de memoria, o en elegir a una persona como maestro y aceptar como dogma inmutable todo lo que sale de su boca. No todo lo que aprendimos será cierto, no todo encajará con nuestra forma de ser. No todo lo que nos encontraremos en el futuro será cierto, ni tiene por qué ser bueno para nosotros.

Lo importante es saber pensar. Saber aprender, y saber desaprender. 

viernes, 8 de junio de 2007

[En otras palabras] El alma tenías...

A veces nos empeñamos en buscar en lugares escondidos y secretos lo que tenemos justo delante de los ojos. Aprendamos a mirar.

El alma tenías
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles...
A tu alma se iba
por caminos anchos.
Preparé alta escala
-soñaba altos muros
guardándote el alma-,
pero el alma tuya
estaba sin guarda
de tapial ni cerca.
Te busqué la puerta
estrecha del alma,
pero no tenía,
de franca que era,
entrada tu alma.
¿En dónde empezaba?
¿acababa, en dónde?
Me quedé por siempre
sentado en las vagas
lindes de tu alma.

Pedro Salinas

jueves, 7 de junio de 2007

[Leyendas urbanas] Luna Azul

No porque algo se repita muchas veces, pasa a ser verdad. Que hayamos oído una cosa una y otra vez durante toda nuestra vida no quiere decir que sea cierta… sólo que ninguna de las personas que nos lo dijeron se tomaron el tiempo de comprobarlo antes de repetirlo.

Así que vamos a investigar un poco, y empezaremos por la luna azul, que ya se acerca una y últimamente la oigo nombrar mucho.

La leyenda dice así: “La luna azul es la segunda luna llena en el mismo mes, y es la luna más mágica y poderosa de todas”.

Primero, pensemos con lógica: ¿Qué tiene que ver el calendario solar con el lunar? Los meses del año son una invención humana. El calendario gregoriano por el que nos regimos proviene directamente del calendario del Imperio Romano, que ya entonces sufrió muchas modificaciones. ¿No os habéis preguntado nunca por qué octubre, noviembre y diciembre tienen esos nombres tan claramente derivados de los números ocho, nueve y diez, cuando son respectivamente el décimo, undécimo y duodécimo mes? Es sencillo: hubo una época en que fueron realmente el octavo, el noveno y el décimo, pero se vieron desplazados por los cambios del calendario.
¿Qué influencia puede tener una división del tiempo tan artificial y que ha cambiado tanto sobre la energía de una luna llena? ¿por qué por el hecho de encajar mejor o peor en los meses arbitrarios que creamos los humanos va a ser más o menos “mágica”?

En la antigüedad, los meses eran lunares (aún siguen siéndolo en otros calendarios distintos del occidental estándar), había trece meses, precisamente porque un ciclo lunar era un mes, una cosa era indisoluble de la otra. Que hayamos creado posteriormente un calendario solar con meses de distinta duración ha influído en nuestra historia y nuestra cultura… pero, indudablemente, no ha podido tener la menor influencia sobre las fases de la luna.

Una vez hemos descubierto que el concepto de luna azul tal y como nos lo han contado siempre no tiene demasiado sentido, vamos a preguntarnos de dónde viene la leyenda, y si se ha tergiversado con los años… tal vez descubramos que, aunque nos lo han explicado mal, sí que tiene una base real.

En inglés existe un refrán: “Once in a blue moon” (una vez cada luna azul), que equivale al español “De San Juan a Corpus” o “De higos a brevas”, es decir, algo que ocurre una vez cada mucho tiempo. Si indagamos en los orígenes de este refrán, lo más que podemos descubrir es que se viene usando desde hace unos 400 años, y su significado ha ido cambiando.

El significado actual es relativamente moderno, proviene de mitades del siglo XX. Antes de eso, cuando se hablaba de luna azul astronómicamente, se refería a la tercera luna llena a lo largo de una estación (de tres meses) que contiene cuatro lunas llenas. En los años 40, en Estados Unidos, un almanaque astronómico para agricultores dio una definición ardua y compleja de luna azul que involucraba muchísimos factores.
Posteriormente, en 1964, se publicó un artículo en la revista Sky & Telescope, donde su autor (James Hugh Pruett), basándose en uno de estos almanaques (el Maine Farmer's Almanac de 1937) interpretaba que la llamada luna azul era la segunda luna llena en un mes. Esta interpretación no era correcta (era sólo la opinión del señor Pruett), pero era más fácil de entender, y enseguida se hizo popular. Posteriormente, otros investigadores revisaron esos mismos almanaques, en un rango de fechas muy amplio (de 1819 a 1962) y encontraron varias referencias a la luna azul, pero ninguna de esas lunas era la segunda del mes.
Un folclorista llamado Hicks ha revisado los últimos cuatro siglos en el folclore y la literatura, y ha encontrado al menos seis significados diferentes de luna azul.

Así que, ya veis. Nadie sabe qué era realmente en sus orígenes una luna azul, pero está claro que no es la segunda luna llena en un mes. Lo que tantas veces nos han contado viene de un error en una revista de astronomía americana en los años 60. Y lo de que es una luna “especialmente poderosa” no es más que un intento de dotar de exotismo y glamour a algo que, simplemente, es falso.

Fuentes:
Astroseti.org
Infoastro.com
Sky & Telescope, 1 y 2

miércoles, 6 de junio de 2007

Retorciendo palabras

Las palabras son símbolos. Como tales, personas diferentes los interpretan de diferente manera. Donde yo me crié, las fuentes no sirven para beber, son sólo decorativas, adornos del paisaje urbano. Para mí, la palabra "fuente" no tenía el mismo significado que para cualquiera que, sediento en pleno verano andaluz, ve a lo lejos un caño de agua y oye música celestial.

Los cuentos y las leyendas han ido pasando de boca en boca, creciendo y transformándose, antes de que alguien los escribiese por primera vez. Nadie sabe ya qué significado tenía para el primer narrador de Blancanieves esa manzana, así que para cada uno de nosotros es algo diferente. El significado está en los ojos con que lo miramos, en las cosas que hemos aprendido, en lo que nos han contado antes, en todas las ocasiones que, a lo largo de nuestras vidas, hemos sostenido o comido una manzana. La segunda vez que escuchamos la historia de Blancanieves, la imagen de la manzana había cambiado, puesto que ya sabíamos lo que va a suceder con ella, habíamos añadido a nuestra simbología de la manzana la idea del veneno y el peligro.

Ahora está muy de moda reinterpretar los cuentos y las leyendas, e incluso los mitos. Alguien describe muy sesudamente el significado que tiene tal o cual palabra o imagen, y, siempre, siempre, saca la misma conclusión: la que él quería sacar. La que ya tenía en su cabeza antes de empezar. Porque los cuentos, las leyendas, los mitos, no dicen grandes verdades sobre el mundo, pero sí dicen grandes verdades sobre quien los lee. Las narraciones actúan como espejos.

Así que nunca os asombréis por una interpretación hecha por otra persona, aunque sea catedrático de universidad, o diga que es un maestro espiritual supra-avanzado. Lo único que está haciendo es reflejar su personalidad sobre las palabras. Si está obsesionado por el sexo, verá símbolos sexuales por todas partes; si es una hembrista, verá mujeres oprimidas y símbolos de feminidad oculta; si es un neoerista, crípticos y misteriosos mensajes que demuestran la sabiduría antigua… Exactamente aquello y sólo aquello que quiere ver.

Leed vosotros mismos los cuentos, comparad diferentes versiones de las leyendas, estudiad los mitos de todas las culturas... y buscad vuestra propia interpretación. Os enseñarán lecciones maravillosas, cosas que tenéis dentro y sólo esperan una puerta para salir, una palabra, un símbolo, que las refleje y las haga resonar.

Y, nunca, nunca, nunca, dejéis que nadie piense por vosotros.

martes, 5 de junio de 2007

Adivina, adivinanza

Los sistemas de adivinación son casi tan antiguos como el hombre. El ser humano siempre ha sentido la incertidumbre del futuro como algo amenazante, y ha intentado averiguar lo que iba a suceder.
Hay muchísimas formas de tratar de asomarse al futuro, desde observar el vuelo de los pájaros hasta una larga y compleja tirada de tarot. Y todas tienen algo en común: son sistemas simbólicos.

No me interesa aquí el debate sobre si hay métodos de adivinación más válidos que otros, o hasta qué punto son fiables. Para lo que quiero contaros, tanto da que os creáis al pie de la letra lo que os cuentan o lo que vosotros mismos veis, que sólo os creáis lo bueno y no lo malo, o viceversa, o que olvidéis todas las predicciones excepto las que se cumplen.

Lo importante es lo siguiente: Cada uno de nosotros contruye su propio futuro.

No me hacen falta cartas, runas o caracoles para pronosticar con un 99% de acierto que el chico que mañana tiene un examen y no ha tocado el libro va a suspender, que la mujer que todo lo ve con pesimismo tendrá problemas que la agobien, que el hombre que ha intentado una y otra vez conseguir un ascenso acabará por lograrlo.
Nunca dejéis que nadie os diga lo que os va a suceder, porque lo que os sucederá es lo que vosotros hagáis que os suceda, y de eso, nadie sabe más que uno mismo.

Cada paso que damos, cada decisión que tomamos, marca nuestro rumbo. Está en nuestras manos, y no en las de nadie más. No está en las cartas, ni en las piedras, ni en las estrellas. Está en nuestra historia, nuestro día día, nuestras ganas, nuestro esfuerzo. Sembramos el destino con las semillas de nuestros actos.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más.
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.

Antonio Machado

lunes, 4 de junio de 2007

[Herramientas] Varita




Como prometí, una vez repuesta del shock, toca hablar de varitas.

La varita es una de las herramientas mágicas más conocidas en el acervo popular. Creo que sólo es comparable con el caldero, el sombrero y la escoba como parte de la representación tradicional de una bruja. Y, a pesar de eso, o quizá precisamente por eso, hay mucha confusión y desconocimiento sobre su significado y utilidad. Voy a tratar de arrojar un poco de luz sobre el asunto, aunque, como en todo, tendréis que seguir buscando e investigando si queréis tener una idea lo más completa posible.

¿Qué es una varita?

La varita es un trozo de madera de forma alargada y normalmente puntiaguda, de longitud variable (suelen medir entre el largo de la mano y el del brazo medido desde el codo a la punta de los dedos). Aunque pueden llevar adornos, palabras o runas inscritas, puntas de cristal, etc, es accesorio. También existen varitas de metal; aunque lo tradicional es que sean de madera, nada impide que sea de otro material natural, si su propietario se siente cómodo con ella.

¿Para qué sirve una varita?

Se usa para proyectar y focalizar la energía. No es indispensable usar una varita para este menester, pero muchas personas encuentran que les es más sencillo si la utilizan.

¿Cómo debe ser una varita?

Como a ti más te guste. Elije una madera que te atraiga especialmente, que pertenezca a un árbol con el que sientas una afinidad especial, o que simplemente te parezca particularmente hermosa. Decórala con esmero como mejor te parezca, con piedras, cintas, tallas, pinturas… debe ser ante todo una expresión de tu personalidad.

¿Qué simbología tiene la varita?

Históricamente, la varita simboliza la voluntad, la fuerza, los deseos, está relacionada con los elementos fuego y tierra, y también es un símbolo masculino.
Sin embargo, como cualquier otro objeto, la simbología de la varita depende mucho de la persona. Cada uno tenemos nuestros significados personales para todo lo que nos rodea, basados en nuestros pensamientos y experiencias. Lo que debes de preguntarte es: ¿qué significa para mí la varita? Aunque hayas visto muchas veces que se asocia con tal y cual cosa, si a ti esa relación no te dice nada, o, aún más, te resulta chocante, déjala a un lado, y emplea los simbolismos con los que te sientas más cómodo.

¿Qué puede sustituir a la varita?

Cualquiera de las funciones tradicionales de la varita puede efectuarse usando el athame, una punta de cuarzo u otro cristal, o nuestro propio dedo extendido.
Hay que recordar siempre que ninguna herramienta es indispensable, podemos realizar cualquier ritual o hechizo sin la ayuda de ningún objeto.

domingo, 3 de junio de 2007

[En otras palabras] Las Tres Puertas Mágicas

Las historias siempre dicen más de lo que cuentan. No sólo las grandes historias, sino también las pequeñas, las que hemos leído o escuchado mil veces... todas las historias tienen algo más de lo que creemos. Como muñecas rusas. Como una espiral infinita... cada vez que leemos una historia, abrimos una puerta, y entramos más y más adentro.

Lo que pasa es que la segunda puerta aparece sólo cuando se ha atravesado la primera. Y la tercera sólo cuando se ha dejado atrás la segunda. Y Uyulala únicamente cuando se ha entrado por la tercera. Antes no hay nada de todo eso. Sencillamente no están allí, ¿comprendes?”

[…]

“La primera, la Puerta del Gran Enigma es la que has visto con mi catalejo. Con las dos esfinges. Esa puerta está siempre abierta… como es lógico, No tiene batientes, Sin embargo, nadie puede pasar por ella salvo si… -Énguivuck levantó un diminuto dedo índice- salvo si las esfinges cierran los ojos. La mirada de una esfinge es algo totalmente distinto de la mirada de cualquier otro ser. Nosotros y todos los demás seres percibimos algo con la mirada. Vemos el mundo. Pero una esfinge no ve nada: en cierto sentido, es ciega. Pero sus ojos transmiten algo. ¿Y qué transmiten sus ojos? Todos los enigmas del mundo. Por eso las dos esfinges se miran mutuamente. Porque la mirada de una esfinge sólo puede resistirla otra esfinge. ¡Y puedes figurarte lo que le ocurre a quien se atreve a interferir el intercambio de miradas entre las dos! No puede moverse hasta haber resuelto todos los enigmas del mundo. Bueno, encontrarás los restos de esos pobres diablos cuando llegues.”

[…]

“Aparecerá ante tí la segunda puerta. La Puerta del Espejo Mágico.[…] En pocas palabras: se trata de un gran espejo o de algo así, aunque no está hecho de cristal ni de metal. De qué, nadie ha podido decírmelo. En cualquier caso, cuando se está ante él, se ve uno a sí mismo... pero no como en un espejo corriente, desde luego. No se ve el exterior, sino el verdadero interior de uno, tal como en realidad es. Quien quiera atravesarlo tiene que -por decirlo así- penetrar en sí mismo. […] He comprobado que precisamente los visitantes que se consideran especialmente intachables huyen gritando del monstruo que los mira irónicamente desde el espejo. A algunos tuvimos que tratarlos durante semanas antes de que estuvieran siquiera en condiciones de emprender el viaje de regreso. […] -Otros -siguió exponiendo- no habían visto al parecer nada más horrible, pero tuvieron el valor de pasar sin embargo. Para otros fue menos espantoso, pero todos tuvieron que vencerse a sí mismos. No se puede decir nada que valga para todos los casos. Para cada uno es diferente.”

[…]

“-¿Y qué pasa con la tercera puerta?
-¡Ahí las cosas se ponen realmente difíciles! La Puerta sin Llave, efectivamente, está cerrada. Simplemente cerrada. ¡Y eso es todo! No tiene picaporte, ni pomo, ni ojo de cerradura, ¡nada! Mi teoría es que la única hoja de esa puerta, que cierra sin junturas, está hecha de selén fantásico. Seguramente sabes que no hay nada que pueda destruir, doblar o disolver el selén de Fantasia. Es absolutamente indestructible. […] -Escucha: el selén de Fantasia reacciona a nuestra voluntad. Es precisamente nuestra voluntad la que lo hace tan resistente. Cuanto más se quiere entrar, tanto más se cierra la puerta. Pero cuando alguien logra olvidar sus intenciones y no querer nada... la puerta se abre sola ante él.


Michael Ende, La Historia Interminable

viernes, 1 de junio de 2007

Covens, aquelarres, y círculos

Un coven no es un grupo de coleguitas que se reúnen para “jugar” a la magia como quien juega al rol. Un coven es una convergencia de mentes afines, una unión en la que se aprende a aceptar y respetar lo que te une a los otros y lo que te separa de ellos. No es una amalgama, sino una aleación, un todo mayor que la suma de las partes. Un coven es compromiso, es confianza, es un vínculo profundo y sincero. No se usa la palabra “hermanos” a la ligera.

No puedo explicarlo mejor de lo que lo hicieron en Blue Moonlight, en un magnífico artículo que podéis leer aquí.

Quisiera, sin embargo, traer hasta aquí las palabras de dos de sus participantes, cuya lección fue invaluable para mí, y a las que quisiera poder agradecérselo como merecen:

Vaelia Bjalfi escribió:

La palabra Coven para mi implica un grado muy alto de compromiso, que no se puede establecer entre personas que se estén conociendo (a veces ni siquiera entre personas que se conozcan desde hace tiempo). Para mi las palabras "En Perfecto Amor y Perfecta Confianza" son aquello que define a un Coven. Puede que no estén a favor de realizar los rituales desnudos, pero con los miembros del propio Coven hay que tener la misma confianza que necesitariamos para hacerlo. Puede que nunca nos aten e inmobilicen como en determinadas iniciaciones, sin embargo, con los miembros del propio Coven hay que tener la misma confianza que necesitariamos para ello. En conclusión; no se crean en realidad demasiados Covens hoy día. Tampoco veo nada de malo en ello.

Duxiet escribió:

"Perfecto amor y perfecta confianza" Todo covent tiene este lema entre sus miembros.. y si esto falla, es que hay una grieta muy grande en la base del grupo. Es mas, es lo primero que deberia preguntarse uno antes de establecerse un covent. Como creo que he dicho ya, lo importante es el vinculo efectivo y de fidelidad, el compromiso con los miembros del covent... se pase o no por juramentos o rituales. Confiar para mostrarse desnudo, confiar como para darle las claves de tu cuenta corriente o de tu mail... confiar para darle a alguien tu nombre magico real, para darle las llaves de tu mundo interior. Eso es lo que hay en un covent.

No hace falta decir más.

Ahora sólo queda ser sincero con uno mismo y pensar… ¿Es realmente un coven lo que quiero, lo que necesito? ¿Estoy preparado para esa responsabilidad?