Ya he comentado varias veces que la vida está llena de sorpresas y maravillas que a menudo pasamos por alto, por ir con prisas, por llevar en la cabeza un objetivo preciso y marcado, ignorando todo aquello que nos pueda distraer... pero la vida no es una distracción, es justamente todo eso que estamos excluyendo. Nos lanzamos a la carrera, pensando sólo en la meta, y desperdiciamos media vida por no disfrutar del camino que nos lleva a ella.
Paráos un momento: Se acerca el invierno, y el aire está cambiando. Centrémonos en percibir, de verdad, lo que nos rodea.
Mirad a vuestro alrededor: ¿Cuántos árboles conservan aún hojas verdes?¿cuántos no tienen más que ramas desnudas? ¿De qué color es el cielo? Tal vez a pesar del frío, luzca un diáfano azul, tal vez esté cubierto de nubes grises. La luz es diferente en cada caso, y da incluso a lo más familiar un tono diferente.
Escuchad: ¿Quedan aún pájaros que trinen? ¿Sopla acaso el viento con fuerza? ¿Se oye el repiqueteo de la lluvia en los charcos, o una tromba de agua que golpea los cristales? ¿Hay gente que charle, niños que griten entre juegos, música… sonidos hermosos ocultos entre el ruido de los coches?
Olfatead el aire: ¿Huele bien o mal? Tal vez podáis recibir al aroma de la comida de alguna casa, o el perfume de quien ha pasado a vuestro lado hace segundos. Tal vez sea humo, o el olor de la tierra mojada. Cuando va a cambiar el tiempo, o a nevar, el aire tiene un olor especial al que muchas veces no hacemos caso, dejando que nos coja desprevenidos.
Saboread lo que coméis: Aprovechad el frío para tomar bebidas calientes y caldos, sentid el sabor que no sólo es agradable al paladar, sino que entibia todo vuestro cuerpo, dándoos una sensación de bienestar. Probad los frutos de la estación, y pensad en la época en la que eran el producto de la última cosecha, antes de que llegaran el frío y la escasez.
Tocad: Palpad el tejido de las prendas que os pongáis, no os limitéis a echároslas encima. Posad la mano en las paredes, en los objetos, en los troncos de los árboles, sentid su forma, su textura. Frotáos las manos unas contra otra, sintiendo el calor que generáis. Acariciad a vuestras mascotas, abrazad a vuestros amigos y parejas.
Si creéis que la vida es monótona y predecible, si creéis que no hay nada que os pueda sorprender… es porque no estáis fijándoos bien. Vivid con todo el cuerpo, con todas las ganas… vivid con los cinco sentidos.
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