La canción se presentó por primera vez en 1982. Rosalía de Castro incluyó este poema en su libro Follas Novas, de 1880, y fue Xoan Montés Capón quien lo unió con la música de un alalá que había recogido en A Cruz do Incio, convirtiéndolo en una canción sencillamente sublime, en la que música y letra se conjugan a la perfección, a pesar de que fueron creadas por separado.
La versión que quiero compartir con vosotros es la cantada por Luz Casal en el disco de Carlos Núñez “A Irmandade das Estrelas”. También aparece en la banda sonora de una película que prefiero olvidar, lo cual le ha dado en los últimos años bastante fama. Pero yo, cada vez que la oigo, sólo pienso en la niña que fui, descubriendo la magia de un idioma tan dulce como el gallego en un libro de texto.
Carlos Núñez dice de ella: “Se consideraban entonces los alalás como los cantos más hermosos, elementales y primitivos de Galicia: quizá sea esa fuerza básica de la tierra la que mantiene la vigencia y la modernidad de esta obra inmortal.” No se me ocurre mejor descripción.
NEGRA SOMBRA
Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.
Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.
Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.
En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me dexarás ti nunca,
sombra que sempre me asombras.
/Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me ensombreces,
al pie de mis cabezales,
tornas haciéndome mofa.
Cuando imagino que te has ido,
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que silba.
Si cantan, eres tú que cantas,
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo,
para mí y en mí misma moras,
ni me dejarás tú nunca,
sombra que siempre me ensombreces./
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