lunes, 12 de enero de 2009

Ante la puerta

Quédate ante la puerta si quieres que te la abran. No dejes el camino si quieres que te guíen. Nada está nunca cerrado sino a tus propios ojos.

Farid al-din Attar
Es fácil abandonar el camino, sobre todo cuando tenemos la sensación de que llevamos en él demasiado tiempo y la ansiada meta no aparece. Es fácil cansarse de esperar y dar media vuelta, hacia otros menesteres menos fatigosos, menos exigentes.

Lo complicado es permanecer en el empeño, seguir avanzando, hasta llegar a comprender que la meta ni siquiera existe, que el camino tiene sentido por sí mismo, y la puerta que creíamos que nos cerraba el paso es un umbral abierto, que sólo requiere de valor y compromiso para ser cruzado.

Sin esperar que nadie nos abra la puerta, que nadie aparezca mágicamente con un plano que nos guíe, simplemente tomando nosotros mismos las riendas de nuestra vida, siguiendo la senda, eligiendo la bifurcación a tomar en cada encrucijada, atreviéndonos a abrir la puerta con nuestras propias manos, y, una vez al otro lado... a seguir adelante.

7 comentarios:

Wuwei dijo...

Es fácil abandonar el camino, pero para quien se ha adentrado en la senda, a partir de cierto momento ya no hay elección y la vuelta atrás es imposible. Se sabe demasiado, ya no es posible seguir como antes...

La puerta está siempre abierta de par en par. Como dice un texto clásico chino, en realidad es una "barrera sin puerta"; pero aunque la atravesemos siempre estamos a mitad de camino... Se necesita el esfuerzo de toda una vida.

"Si bien la experiencia mística e incluso la propia iluminación son lo más natural del mundo y aunque muchos buscadores curiosos son agraciados con experiencias y fenómenos que suponen que constituyen la mismísima iluminación, el verdadero Regalo es experimentado y vivido sólo por aquellos que dedican por entero sus vidas al desarrollo de las verdaderas cuestiones."

Mariana Caplan,
A mitad de camino: la falacia de la iluminación prematura

Buen día (o noche) :o)

Alberich dijo...

Es dificil poner en claro qué caminos nos llevan hacia donde estamos, pero me alegra que llegaras a mi blog; porque así he podido llegar al tuyo. Un placer.

Sibila dijo...

Wuwei: de toda tu (como siempre) interesante aportación, me ha llamado especialmente la atención lo de un texto chino que habla de una "barrera sin puerta". Me ha venido a la cabeza el concepto de umbral, en el sentido más iniciático del término (reflejado, por ejemplo, en el mito sumerio del descenso de la Diosa al inframundo).
¿Podrías ilustrarme un poco más al respecto de esa visión china que tú conoces?

Alberich: Encantada de tenerte por aquí. Espero que te guste este pequeño rincón. Pasa, lee, y vuelve cuando quieras.

Un saludo a ambos.

Wuwei dijo...

Bueno, voy a ver si soy capaz de decir algo al respecto de esto que me preguntas. La "Barrera sin puerta" o Mumonkan es el título de una de las recopilaciones de koans más famosas de todos los tiempos. Un koan es una pregunta o suceso que el maestro da al discípulo para que pueda focalizar su práctica. No tiene una respuesta lógica, y no se puede ver (porque más que resolverlo se trata de ver Algo) mediante el empleo del pensamiento ni la razón. De hecho, cuanto más piensas en el koan más te alejas de él. Un ejemplo típico es el siguiente: "¿Cuál es tu rostro original antes de que tus padres nacieran?

Desde luego existe "una barrera" entre nuestra mente y el koan cuando nos enfrentamos a él, pero es una barrera "sin puerta" ya que la "respuesta" está ya presente, a nuestra disposición en cada momento y en cada lugar. No hay ninguna puerta, o dicho de otro modo: cada cosa, cada persona, cada situación, sentimiento, etc son una puerta de acceso a la otra orilla.
Sí, se puede decir que un koan es un umbral que hay que atravesar para llegar al "otro lado"; un umbral que además da acceso a un abismo... En la escuela zen a la que pertenezco al proceso de llegar al fondo, de llegar a conocerse en lo más profundo, se le denomina abismamiento.
Un indicativo de que uno se está acercando y ha tocado algo más allá de este umbral es la paz que aparece de repente... pero es una paz que puede llegar a dar mucho miedo... el ego la teme.

No sé si me he explicado, si no es así me lo dices.

Me interesaría mucho saber también qué entiendes tú por umbral.

Saludos :o)

Sibila dijo...

Creo que lo he entendido, aunque es algo sobre lo que reflexionar largo y tendido, desde luego.

En cuanto a lo que yo entiendo por umbral, vendría a ser un punto de inflexión en el camino de cada uno, ya sea para "ir más allá" o para cambiar de rumbo.
El umbral está abierto, pero para atravesarlo debemos, en cierta manera, vencernos a nosotros mismos.
A veces se habla del "Guardián del Umbral" para referirse a los obstáculos a superar, pero en esencia suele referirse a un guardián personal e interior.

Ahora no sé si me he explicado yo. :P

Wuwei dijo...

Gracias por las explicaciones adicionales en ambos blogs. Sí, te has explicado muy bien, como siempre. Empleamos términos distintos, pero con un significado muy parecido. :O)

Veo que eres ave nocturna, ¿por qué no me sorprenderá? :oppp

Como ves tengo la lengua más larga que tú... y seguramente duermo todavía menos... ;o)

Sibila dijo...

Me encanta ver cómo en el fondo los diferentes caminos espirituales parten de conceptos similares, y sus raíces se complementan perfectamente.

Suelo dormir poco, sí. Y además, sin horario fijo. Llevo unos meses tratando de crearme una rutina, pero no sé por qué, no me sale. Supongo que me llevo mejor con el caos que con el orden. :)