Qué fácil es hacer alarde de bondad y altruismo. Decir que los wiccanos son magos buenos o brujas blancas, que no hacen mal a nadie y que usan la magia para cuidar y proteger a la gente. Como si los wiccanos fuéramos mejores que el resto de las personas, más puros o más santos.
Pues no. Los wiccanos somos personas, y como tales, tenemos cosas buenas y cosas malas. No tenemos poderes especiales ni nadie nos ha llamado a convertirnos en guía y ejemplo para los demás. Vivimos nuestras vidas, sin más. Protegemos y ayudamos a aquellos a quienes queremos… y no lo hacemos precisamente por medio de la magia.
Porque para ayudar a una persona, muchas veces lo único que hace falta es hablar con ella, echarle una mano, darle un abrazo. Dejarle que viva su vida como mejor quiera, aunque lo que haya decidido nos parezca un error, y limitarnos a estar ahí cuando tropiece, si es que lo hace, para ayudarle a levantarse y seguir adelante.
No hace falta ser “especial” ni “mágico” para ayudar a alguien. Los que se acercan a la wicca porque quieren “proteger a mi familia/novio/amigos”, lo único que están haciendo es buscar un motivo para erigirse en figura de autoridad, sentir que están por encima de los otros, que los demás dependen de su protección, les deben agradecimiento por ello.
¿Queréis ayudar a los demás? Adelante, haced cosas por ellos. Acompañadles, apoyadles, consoladles, colaborad cuando os necesiten. Pero no tratéis de imponerles nada. Porque eso no lo hacéis por ellos, lo hacéis por vosotros mismos.
jueves, 2 de agosto de 2007
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