Hay gente en este mundo que me despierta una profunda admiración. De hecho, son muchos, de diferentes maneras, pero todos tienen algo en común. Son personas despiertas, que no se conforman con ir tirando día a día, haciendo lo mismo una y otra vez, sino que tienen una inclinación, o se marcan un objetivo, y le dedican tiempo y ganas, solos o en compañía de otros que lo comparten con ellos. Son personas que se mueven, que se involucran, personas que no sólo sueñan, sino que trabajan por hacer sus sueños realidad, o al menos por acercar al mundo, aunque sea durante un instante, la magia de ese sueño, para ellos mismos y para todos.
Son muchos los que cumplen estas características, más de los que crees. Quizá esa persona aparentemente anodina que te cruzas por las mañanas dedica sus noches a combatir batallas cambiando la historia, a escribir poemas que tocan el corazón de cientos de personas a través de internet, a tocar el arpa celta, o a dar a la gente que lo necesita un hombro donde llorar.
El otro día descubrí la existencia de un grupo de gente cuya afición es hacer performances para representar y vivir las fiestas paganas, los cambios de estación. Y lo hacen de una manera que me sorprende, me abruma, me inspira, me seduce, me ilusiona y me deslumbra. Con arte, con pasión y con convicción. Haciendo brillar la ceremonia con luz propia.
Se llaman Beltane Fire Society, nacieron a finales de los 80 y son de Edimburgo. Pero nada de lo que yo pueda decir les haría justicia.
Simplemente acercáos a su página, a echar un vistazo. Si entendéis inglés, leed los textos, pero sobre todo mirad las fotos, porque hablan por sí mismas. Hablan de vida, de sueños, de energía vibrante y de cómo, a veces, hay gente capaz de regalarnos cosas insospechadas.
Beltane Fire Society.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo.
miércoles, 5 de marzo de 2008
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