Como un rayo, que golpea cuando ilumina, nos llegan a veces palabras o ideas que nos cortan el aliento y nos frenan en seco.
Escuchamos algo, o lo leemos, o estamos mirando un cuadro, un paisaje, y un detalle antes inadvertido captura de golpe nuestra atención. Nos planteamos algo, o nos asalta un pensamiento que nos deja boqueando, como si hubiéramos caído de golpe a una poza de agua fría. Vemos en los ojos de otra persona o captamos en sus palabras toda la fuerza de una descarga eléctrica, tierra y nube haciendo contacto en una explosión cegadora.
La sensación nos abruma, la mente parece abrirse a la vez en todas direcciones, a veces como una flor, a veces como un estallido.
Y si tenemos suerte cuando, tambaleándonos, recuperamos el equilibrio, podemos conservar no sólo el recuerdo del golpe, sino parte de esa luz.
Como un rayo, que al tocarnos nos enciende y nos abrasa. Y nunca volvemos a ser los mismos.
miércoles, 16 de febrero de 2011
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1 comentarios:
A las 13:34 -casi 12 horas exactas- ¡y todavía dura la tormenta!