Hay una línea muy fina entre ayudar y entrometerse. Y no la trazamos nosotros, sino la otra persona. No es lo mismo tender la mano que tirar del brazo.
Hay situaciones que se ven con mayor claridad desde fuera, pero también hay muchas en las que los factores involucrados, o la forma en que actúan, no son apreciables en su totalidad sin estar metido hasta el cuello. Y adentrarnos en arenas movedizas para sacar a quien ha caído en ellas sólo nos llevará a que nos hundamos los dos.
Tenemos tendencia a sobrevalorarnos, en relación a los demás. A creernos más perspicaces, o más hábiles. A pensar que sabemos qué les pasa, e incluso qué les conviene. Prestamos la ayuda que creemos adecuada, sin plantearnos ni por un momento si realmente lo es, o si es siquiera necesaria. En el mejor de los casos, pretendemos guiar por el camino que nosotros preferimos; en el peor, incluso empujamos en la dirección que creemos "correcta".
Dejemos a los otros la potestad de decidir lo que quieren hacer con su vida, la potestad de elegir si quieren o no nuestra ayuda. Mantengámonos al margen incluso de lo que creamos que nos incumbe, dispuestos para acudir si se nos solicita, pero inactivos hasta entonces, por mucho que creamos que hace falta o que podemos marcar una diferencia. Porque esa decisión no nos corresponde tomarla a nosotros.
lunes, 13 de diciembre de 2010
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2 comentarios:
Hola. Llevo un tiempo poco atento al blog, y además de comentar esta entrada, quiero comenzar destacando el alto interés del que me parece titular. El cúmulo de reflexiones que contiene son muy interesantes para cualquiera, precisamente por ser personales, aunque desde otras ópticas, esta característica es suficiente para atribuirle poco interés. Yo no lo creo así y te felicito de nuevo por el blog.
El tema me toca en especial, ya que quizás para supliar las carencias que uno ha sufrido en épocas pasadas, cuando ves a gente que se encuentra en una situación parecida a la que pasaste tú y a la que tienes mucho que aportar, me cuesta distinguir esa delgada línea de la que hablas. Quizás para rellenar un vacío interior, uno se vuelca en ofrecer a esa persona lo que cree que va a necesitar y nunca sabe si está haciendo bien o mal al respecto...
Gracias. ^^ La verdad es que las entradas son bastante caóticas, especialmente en los últimos tiempos, pero uno no puede desconectar de la vida real...
Abstenerse de ayudar es a veces lo más difícil, sobre todo para la gente que se siente responsable de aquellos a quienes quiere, pero toda la diferencia está entre ofrecer la ayuda o el consejo y tratar de imponerlo.
Un saludo.