sinergia.
(Del gr. συνεργία, cooperación).
1. f. Acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales.
2. f. Biol. Concurso activo y concertado de varios órganos para realizar una función.
Cuando tratamos de conseguir un objetivo, es necesario que confluyan muchas cosas: la intención, la motivación, la constancia, la concentración, el esfuerzo... e incluso cosas que no dependen de nosotros, como la oportunidad, la suerte o la ayuda externa. No todos los factores tendrán la misma importancia en cada caso concreto, y una mayor cantidad de algunos de ellos puede compensar la escasez o la falta de otros, pero también el exceso de algunos puede llevar al bloqueo o incluso al fracaso en nuestra tarea.
Es aún más importante que comprendamos realmente lo que representa cada una de estas cosas, y que cuando la pongamos en juego, sea de verdad. Fingir esfuerzo no nos será útil, como tampoco convencernos de que estamos concentrados cuando llevamos una hora con la mente y la mirada perdidas, totalmente alejadas de nuestro propósito. Focalizar toda nuestra energía en nuestra intención de logro y sentarse a esperar que la oportunidad perfecta surja, o que la suerte nos acompañe sólo nos hará perder el tiempo.
Cuando tratamos de conseguir un objetivo, no basta con desearlo, o con fantasear con el día en que por fin lo consigamos. Hay que poner en marcha muchas habilidades, y sobre todo, hacerlas trabajar en sinergia, encajando unas con otras hasta que brote una energía mayor de la que aportamos a cada una. Así podremos conseguir lo que esperamos, e incluso, quizá, algunas cosas que nunca pudimos soñar.
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