La cultura de una sociedad tiende a ser similar en muchos aspectos de una generación a otra. En parte, esta continuidad en los estilos de vida se mantienen gracias al proceso conocido como endoculturación. La endoculturación es una experiencia de aprendizaje parcialmente consciente y parcialmente inconsciente a través de la cual la generación de más edad incita, induce y obliga a la generación más joven a adoptar los modos de pensar y comportarse tradicionales. Así, los niños chinos usan palillos en lugar de tenedores, hablan una lengua tonal y aborrecen la leche porque han sido endoculturados en la cultura china en vez de en la de los Estados Unidos. La endoculturización se basa, principalmente, en el control que la generación de más edad ejerce sobre los medios de premiar y castigar a los niños. Cada generación es programada, no sólo para replicar la conducta de la generación anterior, sino también para premiar la conducta que se adecue a las pautas de su propia experiencia de endoculturización, y castigar , o al menos no premiar, la cultura que se desvía de éstas.
El concepto de endoculturación, (pese a sus limitaciones, que analizaremos más adelante) ocupa una posición central en el punto de vista distintivo de la antropología moderna. La incomprensión del papel que desempeña en el mantenimiento de las pautas de conducta y pensamiento de cada grupo forma el núcleo del fenómeno conocido como etnocentrismo. El etnocentrismo es la creencia de que nuestras propias pautas de conducta son siempre naturales, buenas, hermosas o importantes, y que los extraños, por el hecho de actuar de manera diferente, viven según modos salvajes, inhumanos, repugnantes o irracionales. Las personas intolerantes hacia las diferencias culturales, normalmente, ignoran el siguiente hecho: Si hubieran sido endoculturados en el seno de otro grupo, todos esos estilos de vida supuestamente salvajes, inhumanos, repugnantes e irracionales serían ahora los suyos.Marvin Harris, Antropología cultural (1983)
Cap. 1 La antropología y el estudio de la cultura: Endoculturación y relativismo cultural
Las diferencias genéticas entre grupos humanos no tienen ni la milésima parte de la influencia sobre nuestros comportamientos de la que tienen las diferencias culturales. La educación (formal e informal) que recibimos nos prepara para que podamos integrarnos en la sociedad concreta de la que formamos parte. Cada sociedad tiene sus valores morales, su noción del éxito, sus tabúes, sus hábitos y sus vicios. Y cada sociedad, vista por una persona perteneciente a otra, parece ajena e irracional. Incluso la nuestra. Quizá especialmente la nuestra.