viernes, 29 de enero de 2010

[En otras palabras] La luna

Por esa luna fría que me marca el camino... por la luz impalpable y las sombras azules. Me iré de viaje con un pedazo de esta luna en el bolsillo, para regalarlo a quien yo sé.
LA LUNA

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.

Jaime Sabines

2 comentarios:

Violeta dijo...

En dosis pequeñas porque en grandes puede dar lugar a un crimen -o ser testigo- (Bodas de sangre). La luna es un elemento fascinante y este poema estimula ;)
"No te detengas nunca cuando quieras buscarme. Si ves muros de agua, anchos fosos de aire, setos de piedra o tiempo, guardia de voces, pasa." P.Salinas

Sibila dijo...

Todo con medida, que decía, si mal no recuerdo, Paracelso. Sólo he robado un poco de esta luna, que me ha fascinado con su luz.
Preciosos los versos que citas de Salinas, es un poeta que me encanta.

Un saludo.