lunes, 12 de octubre de 2009

La historia de los árboles

El hombre pone piedra sobre piedra y hace un castillo; siembra en la tierra y hace un bosque. Elija cada uno lo que prefiera, pero el más pequeño bosque será siempre mayor que el castillo más grande. Aunque no tenga más historia que la de sus árboles.

José Saramago, Viaje a Portugal
(citado en La Memoria del Bosque, de Ignacio Abellá)

La historia de los árboles dice tanto como la de las piedras.
Están ahí, unos y otras, testigos del pasado a los que, a veces, podemos convencer para que nos susurren algo de lo que han visto suceder. Mientras permanezcan en pie estaremos conectados por un hilo casi intangible a quienes nos precedieron y andaron los mismos caminos que tratamos de recorrer hoy.
Pero las piedras se derrumban y los árboles se talan. Y aunque la piedra perdida aún pueda contarnos sobre quién la talló, un árbol una vez caído desaparece para la memoria, y todos perdemos, con él, un poco de nuestro pasado.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pocas veces había oido una verdad más grande. Hasta la planta más diminuta puede contarnos historias más ricas que la de cualquier piedra, pero que sencillo es hacer callar al vegetal.

Lástima que muchos no se den cuenta de esto.

Sibila dijo...

Sí, es una lástima, que sigamos destrozando nuestra historia, nuestra vida, que está ligada con toda la que nos rodea, por motivos egoístas. Al menos vamos despertando (aunque sea porque la Madre Naturaleza nos grite y nos quite las mantas :P).

Un saludo,
Sibila.

Anónimo dijo...

Cuando fui por primera vez a un bosque sentí eso de "wow, estoy pisando un camino que han pisado otros cientos de años atrás" y ue una emoción increíble. Y tienes razón, el que eso desaparezca borra gran parte e nuestra conección con el pasado. ¿Dónde más podríamos encontrar tal unión de forma tan pura?

Sibila dijo...

Al menos aún podemos evitar que siga sucediendo... aunque sea por poder traspasar esa misma sensación a los que vengan después. Quizá podamos dar origen a un pedazo de historia, plantando un árbol nosotros mismos, ¿quién sabe quién podría cobijarse a su sombra con el correr del tiempo?

Un saludo,
Sibila.

cercadelleon@hotmail.com dijo...

Quisiera aprender el lenguaje de los árboles para disfrutar tardes de tertulia junto a ellos...

entornos2000 dijo...

No habla el ciruelo pero hasta donde está el se hace un sendero.