viernes, 26 de junio de 2009

[En otras palabras] Bosque

Me esperan las copas de los árboles cerrándose sobre el camino, y el viento soplando con fuerza en la cima, la niebla arremolinándose bajo el mirador, y el mar brillando a lo lejos.
Voy a poner los pies sobre la alfombra de agujas de pino y musgo, y a dejar que ellos decidan por sí mismos dónde ir.

BOSQUE

Cruzas por el crepúsculo.
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.

Ángel González

2 comentarios:

Noemi Risco Mateo dijo...

Me encantan los bosques y perderme por ellos. ¿Vas a alguno este verano?
Un saludo,
Tanakil.

Sibila dijo...

A mí también me encantan, me recargan de energía, pero también me ayudan a relajarme, aunque parezca contradictorio.
Estoy yendo al Monte de las Mercedes cada vez que puedo, a meditar bajo los árboles. En esta época, esa fuerza me hace mucha falta. :)

Un saludo.