miércoles, 19 de marzo de 2008

De equinoccios y equilibrios

Mañana es el Equinoccio de Primavera. Un equinoccio es siempre un momento de equilibrio, pero también es un punto de inflexión.

Cuando pensamos en el equilibrio, a menudo olvidamos su carga de inestabilidad. Hablamos como si sólo fuera necesario alcanzarlo, y una vez en equilibrio, todo irá bien. Como si el equilibrio fuera definitivo, sólido e inmóvil. ¡Pero el equilibrio es sólo un punto! Un centímetro más a la derecha o a la izquierda, y ya no estamos perfectamente equilibrados. Un paso adelante o atrás, y descolocamos el eje.

Buscar el equilibrio es un trabajo constante, casi de malabarista. Requiere pequeños ajustes constantes, grandes cambios en algunas ocasiones. Cuando las cosas en nuestro entorno se van transformando, ya no estamos equilibrados. Quizá creamos que sí, pero en realidad nos hemos quedado en la misma postura mientras todo lo de alrededor se ha movido, y nuestro centro se ha desplazado sin que nos demos cuenta.

Para mantener el equilibrio, muchas veces es necesario apoyarse en los extremos, en ambos, conocer las altas cumbres y las profundas simas, y tomar cosas de ambas.

Todo se mueve, y debemos movernos al mismo ritmo para poder mantenernos en pie. El equilibrio no es cuestión de atrincherarse en una posición inamovible, sino de avanzar en armonía con los cambios que incesantemente ocurren.

Por eso, para mí, el equinoccio de mañana será mi momento de equilibrio… el equilibrio del atleta apoyado en los tacos. Mañana es mi momento de tomar impulso para echar a correr.

2 comentarios:

Noemi Risco Mateo dijo...

¡Qué bien, ya es primavera! Y no porque lo dicte el Corte Inglés :P
Por aquí casi que vuelve el invierno... Han bajado las temperaturas y dicen que el fin de semana será peor. Yo ya me estoy preprando para ese frío.
Un saludo,
Tanakil.

Sibila dijo...

Suerte y ánimo... a ver si es ya la última y después podéis disfrutar del sol.