lunes, 17 de marzo de 2008

Consumístico

Hace tiempo, casi cuando empecé a escribir aquí, hablaba mucho de la diferencia entre ser y aparentar, y de cómo hay gente que cree que aparentar algo es el primer paso, o quizá el único importante, para llegar a serlo.

Una pregunta que me hicieron el otro día me lo ha recordado, y me he dado cuenta de que hay un tema que, aunque he hecho alusión a él muchas veces, nunca he tratado en profundidad: el consumismo dentro de lo que supuestamente debería ser algo espiritual.

Para practicar o pertenecer a una religión, lo único importante es cuáles son tus creencias y si tus actos son consecuentes con ellas. Lo único.
No importa cómo vistes, ni lo que sostienes en la mano, ni lo que pones en el altar, si es que tienes uno. Lo que importa es lo que llevas dentro.

Si dentro de esa religión, como ocurre en el paganismo, se realizan ritos, es posible que éstos requieran determinados materiales. Pero sin esos materiales, el rito puede llevarse a cabo de igual manera. Aunque más simplificado, seguirá siendo una ceremonia religiosa, seguirá siendo un enlace entre los Dioses y tú.

¿Por qué, entonces, tanto empeño en comprar cosas, en acumular objetos?

La razón más común nos lleva de nuevo al aparentar. Es más fácil sentirse “bruja” con un athame en la mano, un pentáculo gigantesco alrededor del cuello y quince velas encendidas de quince colores diferentes. Sin nada de eso, para sentirnos preparados tendríamos que esforzarnos, aprender, dejarnos la piel tratando de descubrir dónde aparecen las enseñanzas y el significado profundo que nos pueden aportar. Y eso es difícil, agotador, y la mayoría del tiempo parece no ofrecer ninguna recompensa notoria. Así que buscamos esas cosas, y las hierbas, las piedras, el libro forrado en cuero negro, la escoba y el caldero… todo lo que en nuestra imaginación tiene un aura de magia y poder, pensando que tenerlos cambiará algo, nos hará “diferentes”. Pero, como no sabemos qué es realmente lo importante en esos objetos, no sabemos qué es lo que debemos buscar, lo que deberían aportarnos, sólo sabemos que los queremos.

Y ahí llegamos a la cómoda costumbre de quererlo comprar todo con dinero. Porque el dinero es algo que palpamos, que podemos controlar. En lugar de investigar y tratar de aprender qué es realmente un caldero, qué simboliza, para qué lo necesitamos si es que lo necesitamos, qué características debemos buscar en uno… vamos a un lugar donde nos resuelvan las dudas de un plumazo, y nos certifiquen que obtendremos un auténtico “caldero de bruja”. Visitamos tiendas y páginas web esotéricas, donde nos prometen que los objetos que compremos serán 100% místicos. Y luego nos quejamos de que son caros. ¡Pues claro que lo son! Porque no te están vendiendo sólo un objeto. Te están vendiendo seguridad, despreocupación, te están vendiendo la tranquilidad de no tener que pensar por ti mismo.

Antes de comprar cualquier objeto o componente, piensa para qué lo necesitas. Es más, piensa si lo necesitas. Una vez tengas claro eso, busca en todos los lugares posibles. Las tiendas esotéricas en su mayoría están muy bien, pero ¿no podrías localizar algo similar en una tienda especializada (una cuchillería, una papelería, una tienda de menaje del hogar…) donde te saldría más barato? ¿No podrías, en muchos casos, comprar algo genérico (un cuchillo de monte o una libreta en blanco, por ejemplo) y personalizarlo, o hacerlo tú mismo, aportándole parte de tu energía?

Pagar más por algo no lo hará mejor. Pagarlo porque te digan que es especial para tus fines, tampoco. No siempre el dinero lo resuelve todo. Hay cosas que no se pueden comprar.

7 comentarios:

Noemi Risco Mateo dijo...

Es gracioso, cuando leo tus mensajes la mayoría de las veces me vienen a la mente los típicos adolescentes que se creen "brujos" por caer en todas esas fantasmadas que criticas. ¿Tienes a alguien así a tu alrededor? Luego también hay personas "adultas" que caen en todas estas cosas porque les ha sorbido el coco algo o alguien, o porque no saben dónde buscar.
Ya me gustaría a mí que existiera una tienda como la de "Jóvenes y Brujas" ;) Aunque tampoco está mal la que monta Giles.
Saludos,
Tanakil.

Vaelia dijo...

Completamente de acuerdo; las cosas que en realidad importan en la espiritualidad no se pueden comprar.Con la fe no se comercia.

Gracias por tocar estos temas, Auryn... se echan de menos cuando la tendencia parece ser todo lo contrario. :/

Sibila dijo...

@Tanakil:
Ahora mismo cerca de mí no hay gente así, pero sí que he topado con ellos regularmente desde que empecé a andar este camino. Y por internet parece que son mayoría, lo cual resulta entre enervante y descorazonador. Es normal que te vengan a la cabeza al leerme. En cierta manera, escribir este blog es una especie de "terapia" para que el ver esas cosas a menudo no acabe quemándome.

@Vae:
Gracias, era un tema que tenía en el tintero desde hace tiempo y se me había ido pasando. A ver si me voy poniendo al día.

Un abrazo a ambas.

Anónimo dijo...

Yo al principio, para qué negarlo, siempre quise mis herramientas. Pero no sé qué extraña parte de mí, nunca dejó que las comprara. Ahora en mi casa no hay ni una triste vela, por poner un ejemplo.

Y me alegro, he aprendido a no necesitar nada externo :)

Pero tb me llama la atención que a vosotras os importa que otros quieran almacenarlas como si las coleccionaran. ¿Que se piensan que así van a ser mejores brujos? Peor para ellos. ¿Que proclaman que sin herramientas no pueden hacer rituales? Los que lean esas palabras tendrán la oportunidad de decidir si quieren seguir a aquellos que las pronuncian. ¿Por qué os importa lo que hacen otros, lo que no podemos controlar ni nos afecta? Se puede pensar que sí afecta, pues le dan mala publicidad al Arte... Pero los que tengan que entender, entenderán, les rodee quien les rodee. Quizás yo estoy muy alejada del resto de los brujos/as que hay por el mundo, no me relaciono casi con nadie, pero no he podido detectar esa tendencia, Vae.

Un abrazo enorme,
Rebeccah.

Sibila dijo...

Bueno, Rebeccah, depende del ambiente en que te muevas puedes llegar a ver cosas como esta varias veces al día.
Lo que me molesta no es que la gente pueda perderse, muchos (entre los que me incluyo) hemos tenido que dar innumerables vueltas para encontrar el camino que nos ha traído hasta aquí, peor al final hemos llegado y por él seguimos andando.

El problema es que hay cientos de páginas en internet que dan por sentado e incluso adoctrinan en todas estas cosas de las que hablo aquí: el ansia consumista, el preferir copiar a razonar, la dependencia de supuestos "maestros" a los que hay que buscar porque por ti mismo no puedes saber nada, o al contrario, el relativismo absoluto y la mezcolanza sin criterio...

Aquí pretendo dar otra visión, ni mejor ni peor, simplemente es la mía. Y eso requiere en muchos casos el destacar primero las contradicciones internas que veo en las "doctrinas" más extendidas, y en la información con la que todo el mundo se topa nada más empezar. Que si alguien busca algo diferente, pueda encontrarlo aquí.

Inicialmente, escribía más que nada para mí misma, por desahogo, y por si alguien llegaba aquí, se le despertaba la curiosidad sobre otra manera de hacer las cosas, y se ponía a buscar por su cuenta. Sigo pensando que, si hay alguien a quien lo que escribo puede ayudarle a dar un par de vueltas de menos, o ahorrarle un tropezón, ya el esfuerzo está sobradamente pagado.

Encantada de verte por aquí. Es genial, acabas de llegar y ya me impulsas a replantearme las cosas. :D

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Que conste que estoy de acuerdo con tus palabras, ¿eh? ¡Con todas!

Pero no puedo dejar de pensar que precisamente son esas vueltas que te ha tocado dar las que te han colocado donde estás ahora. Y como a ti a todos los que nos hemos peleado con ellas...

Quizás soy un poco bruta, pero yo me tomo esto como lo de la supervivencia de los fuertes en la Naturaleza. Los que no sepan pasar por las pruebas abandonarán, porque este no es un camino de débiles. ¿Y no es bueno que sea así?

Me gusta mucho tu blog, ¿no te importa que "discutamos" aquí en los comentarios? Jijijiji.

Gracias por la bienvenida :)

Rebeccah

Sibila dijo...

Al contrario, me encanta que se utilicen los comentarios para ampliar información y/o debatir el tema.

No dudo que los tropezones y vueltas que di (que dimos) hayan sido útiles, y me hayan enseñado cosas, pero viendo la desinformación que hay por ahí, al menos quiero dejar una puertecita entreabierta en alguna parte. Quien quiera llegar, llegará, como siempre. Y de paso, yo también aprendo. :D