martes, 17 de julio de 2007

[Noticias] Tomar el humor con humor


Ha aparecido una simpática noticia en El País de hoy que me gustaría comentar:

Homer Simpson en Cerne Abbas


(La imagen está tomada del mismo artículo, en la Edición Digital de El País)

La idea es buena, y la ejecución aún mejor: se han preocupado de que sea totalmente inocuo para el medio ambiente, de que desaparezca con la lluvia, y de situarlo a una distancia adecuada. Pero, como siempre, hay gente que no tiene nada mejor que hacer que protestar por todo. Gente que sólo se ríe cuando puede reirse de otros.

Los símbolos son sólo eso: símbolos. Representaciones de una idea o una realidad. Muchos han acumulado a lo largo del tiempo una intensa carga emotiva para muchas personas, pero eso no los convierte en algo superior, divino, intocable… sólo los convierte en algo que vale la pena preservar, pero que nunca, bajo ningún concepto, merece que se llegue al fanatismo, al rechazo, al odio, por su causa.

Algunos paganos se rodean de un halo de santidad y de misticismo, alegando una antigüedad y una pureza para sus creencias que ni siquiera saben si es real, limitándose a repetir lo que otros les han contado y escudándose en ello. Miran por encima del hombro las creencias y símbolos sagrados de los demás, creyéndose superiores. Pero, por supuesto, no toleran que se trate a sus símbolos como lo que son, poniéndolos a la altura de todos los demás símbolos del mundo.

Los símbolos evolucionan, al igual que las palabras, se adaptan a la mentalidad de los tiempos, van añadiendo significados, asociándose a cosas nuevas, sirviendo de base para nuevos conceptos y nuevos símbolos. El humor también se basa en símbolos y en significados, en jugar con las palabras y las imágenes, dando una vuelta de tuerca a lo que conocemos, permitiéndonos verlo desde una nueva perspectiva que nos confronta con lo extraño, lo ridículo, lo irónico... de lo que rígidamente dábamos por sentado.

El buen humor nunca sobra, nunca está de más. Nos permite ver cómo somos, y reirnos de lo que vemos. Sólo una mente amargada, fanática y mezquina puede negarse a la risa.

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