lunes, 2 de julio de 2007

Altibajos

El esfuerzo y la constancia son importantes cuando empieza un camino espiritual. Pero también lo es tanto o más el ser capaz de volver a empezar cuando se ha perdido el norte.

No siempre podemos dedicar todo el tiempo que quisiéramos a nuestra religión. Hay muchas otras cosas que requieren nuestra atención, y muchas trabas que nos descorazonan y nos hacen detenernos en nuestro aprendizaje. Pero hay que seguir avanzando. Si dejamos de aprender, si dejamos de esforzarnos, nos estancamos, y corremos el riesgo de fanatizarnos, de idealizar la etapa en la que estamos y creernos que no necesitamos nada más.

Es normal que en cualquier camino existan altibajos, grandes descubrimientos y grandes decepciones, pero no debemos dejar que ni unos ni otras nos hagan perder el rumbo. Si caemos, podemos volver a levantarnos. Si nos abandonan las fuerzas, es bueno esperar, descansar, para retomar el camino cuando dispongamos de nuevas energías. Quizá descubramos que el camino que seguíamos no nos llevaba adonde queríamos llegar, y tomemos un camino nuevo. Pero siempre hacia adelante.

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