miércoles, 6 de junio de 2007

Retorciendo palabras

Las palabras son símbolos. Como tales, personas diferentes los interpretan de diferente manera. Donde yo me crié, las fuentes no sirven para beber, son sólo decorativas, adornos del paisaje urbano. Para mí, la palabra "fuente" no tenía el mismo significado que para cualquiera que, sediento en pleno verano andaluz, ve a lo lejos un caño de agua y oye música celestial.

Los cuentos y las leyendas han ido pasando de boca en boca, creciendo y transformándose, antes de que alguien los escribiese por primera vez. Nadie sabe ya qué significado tenía para el primer narrador de Blancanieves esa manzana, así que para cada uno de nosotros es algo diferente. El significado está en los ojos con que lo miramos, en las cosas que hemos aprendido, en lo que nos han contado antes, en todas las ocasiones que, a lo largo de nuestras vidas, hemos sostenido o comido una manzana. La segunda vez que escuchamos la historia de Blancanieves, la imagen de la manzana había cambiado, puesto que ya sabíamos lo que va a suceder con ella, habíamos añadido a nuestra simbología de la manzana la idea del veneno y el peligro.

Ahora está muy de moda reinterpretar los cuentos y las leyendas, e incluso los mitos. Alguien describe muy sesudamente el significado que tiene tal o cual palabra o imagen, y, siempre, siempre, saca la misma conclusión: la que él quería sacar. La que ya tenía en su cabeza antes de empezar. Porque los cuentos, las leyendas, los mitos, no dicen grandes verdades sobre el mundo, pero sí dicen grandes verdades sobre quien los lee. Las narraciones actúan como espejos.

Así que nunca os asombréis por una interpretación hecha por otra persona, aunque sea catedrático de universidad, o diga que es un maestro espiritual supra-avanzado. Lo único que está haciendo es reflejar su personalidad sobre las palabras. Si está obsesionado por el sexo, verá símbolos sexuales por todas partes; si es una hembrista, verá mujeres oprimidas y símbolos de feminidad oculta; si es un neoerista, crípticos y misteriosos mensajes que demuestran la sabiduría antigua… Exactamente aquello y sólo aquello que quiere ver.

Leed vosotros mismos los cuentos, comparad diferentes versiones de las leyendas, estudiad los mitos de todas las culturas... y buscad vuestra propia interpretación. Os enseñarán lecciones maravillosas, cosas que tenéis dentro y sólo esperan una puerta para salir, una palabra, un símbolo, que las refleje y las haga resonar.

Y, nunca, nunca, nunca, dejéis que nadie piense por vosotros.

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